sábado, 28 de febrero de 2015

Crónicas ecuatorianas, vol.1: desde Barajas

De nuevo en la T4...



Voy a Ecuador ilusionado y curioso. Las clases que daré en Cuenca son sobre un tema que me apasiona. El sitio es fascinante. Y la visita tiene algo de prospectivo, quién sabe si a partir de julio paso una temporada allí...

Os iré contando impresiones desde el centro del mundo. 

Abrazos,

Plax

martes, 24 de febrero de 2015

La espuma y el mar

Pude estar tres meses preparándolo. Pero si ayer hice algo, realmente fue por vuestro ánimo. Si pude verme entrando en el estadio, fue porque me empujasteis. Si pude levantar al final los brazos, fue porque este PoNis Runners Club existe.


Dormí poco. Me desvelé a las cuatro y media y no pude volver a pegar ojo. Hablé a primera hora con una persona muy importante que me espera en Pekín, y me dispuse a prepararlo todo. La camiseta estaba lista desde la noche anterior. Los calcetines que recibí de regalo de cumpleaños PoNi me esperaban limpios dentro de las zapatillas. El cronómetro, completamente cargado. Me puse vaselina donde me recomendaron; cambié de calzonas en un ataque de "antes muerto que sencillo" de estos que me dan de vez en cuando, cuando vi que las de color azul se me mancharon en la ingle, donde más me había untado. Cambié a las negras, me puse el pantalón y la chaqueta, y salí a la calle.

El ambiente antes de salir a una maratón no es descriptible. Se vibra. Hay tanta energía vital dispuesta a ser liberada, que las farolas de la Cartuja podían haberse encendido solas. Música, camisetas por el suelo, ruido, gente meando en las cunetas, gritos en inglés, castellano y portugués. Sí he de decir una cosa: comparado con la salida en Shanghai, definitivamente, el disfrute, igual que ocurre en todos los momentos importantes, es mayor cuando es compartido. Os eché de menos, queridos PoNis. Creedme. A todos y cada uno: con vosotros en ese momento hubiera querido estar.

Ese echar de menos se fue recuperando poco a poco, porque sabía que como las cuentas de un collar, más adelante os iba a encontrar. El bueno de Juanjo me esperaba a los 5k, sin el paquete de churros ;) que debió darle al colega que ganó. Bromas aparte, ese fue el primer chute de ánimo. Seguí corriendo a buen ritmo, más rápido de lo que debiera haber hecho, pero de todo se aprende. Al llegar al hospital de la Macarena, a los 14k, iba mirando hacia los lados buscando a mi querido Bisagra; de tanta gente que había a duras penas nos vimos, pero sabía que nos íbamos a encontrar. Llevaba un cartel dedicado de mis sobrinos, y me tuve que emocionar.

El siguiente encuentro estaba preparado a los 17k, donde esperé a ver a mi madre, que la pobre se llevó el disgusto de no verme, y yo de no encontrarla...me di cuenta entonces de lo psicológico del reto, porque no cruzarme con ella me produjo un pequeño, pero sensible bajón. A los pocos metros, presa aún del extrañamiento, vi a otra persona importante, María Maestro, acompañada de sus amigos Gracia y Paco, que me dieron otro empujón...

"Uy, uy, uy", pensé para mis adentros. Tras no ver a mi madre y cambiar de ánimo luego, supe que la carrera no era de piernas sino de cabeza...y así fue. Pude remontar la recta de Kansas City, dura, larga y seca, sabiendo que poco después de ella iba a estar el gran Miniurgo, con su pequeño Telémaco y Capi, que me volvieron a impulsar a la media maratón, unos cientos de metros más allá. Poco más tarde, al pasar los 21k, oí al corredor de al lado decir para si mismo en voz alta: "Ahora empieza la carrera de verdad"...y fue cuando definitivamente mi ánimo cambió.

Cambió porque sabía que tenían que pasar otros 6k hasta llegar a la nueva cita, la de Eduardo Dato, en la que me esperaban mis padres. Y a ella costó llegar: a la altura de Alcampo intenté acoplarme al ritmo de una chica que iba a una velocidad aparentemente asumible, pero me entretuve en el avituallamiento de la avenida de La Paz cogiendo fruta y agua, que ya me hacían falta, y la vi alejarse. No podía seguirla. Empezaba a sufrir bajando por Luis Montoto: para entonces, ya a los 25k, mis pies no eran pies, sino trozos de carne dolorida envuelta en unas Nike negras. Nada más. 

Por eso, tras darle un beso a mi padre al encontrármelo (¡ay, mi madre, qué pena que no pude verla otra vez!), a la altura de Huerta del Rey, me di cuenta de que la cosa iba mal. Sencillamente porque en el acto de detenerme con él, aunque fueron dos segundos, encontré alivio al malestar. Iban ya 27k, y quedaban por delante 15k más. Y la tentación creciente, cada vez más clara, de parar. De poner fin a esa locura dolorosa. De volverme a mi casa e irme a acostar. Así, literal.

Razones había, dicho sea de paso. A lo largo de 12 semanas pude hacer todos mis entrenamientos, pero descuidé la preparación alimenticia, y especialmente, la ingesta de líquidos. Mientras corría, y agravado por el calor, perdí sales minerales, y desde ese momento mis dos pies habían sumado al dolor la rigidez del calambre, desconsolado y frustrante. Dos terceras partes de la carrera habían sido de disfrute. A partir de entonces, os confieso que no disfruté nada. El final de la carrera, en lo físico, fue puro sufrimiento y nada más.

Eso sí, dentro de la crisis hubo un momento de alivio definitivo a nivel mental, que me dio aliento cuando más me faltaba: ver a mi querido Ricar, quien haciéndome fotos con la cámara al final de Manuel Siurot, era el anticipo de que mi querida hermanita Maca y mis sobrinos Carmela y Ricardito estaban cerca, con su prima Violeta. Qué grandes, con sus sonrisas nerviosas y sus carteles. Costaba trabajo, pero el camino de vuelta empezaba entonces: tenía que resistir.

Entonces llegó "el muro". Mira que me lo habían advertido, pero antes de la carrera pensaba que era un mito, tal vez una de estas historias tipo "que viene el lobo" para que siempre estés preparado y no bajes nunca la guardia, y que finalmente nunca se cumplen. Pero no es así: el muro existe. Y es inmensamente alto, tan alto como tu mente lo quisiera hacer. Y a mi cabeza, que recibía solamente las quejas de mis pies, le pasó lo mismo que a Bill Murray en los Cazafantasmas con los marshmallows: hizo al muro tan grande como el Everest.

Pero en el momento crítico, a los 33k, apareció el ángel de la guarda. Javi Torres. Javi, si lees esto, que sepas que esperaba encontrarte, pero la gran sorpresa fue verte con las zapatillas calzadas y en calzonas. Cuando mi cerebro procesó lo que empezabas a hacer por mi, el muro empezó a desmoronarse. Ese gesto de acompañarme no lo voy a olvidar nunca. Llegué con mueca de cadáver, y me dijiste que tenía cara de ir a acabar la carrera seguro ya. Te dije que me disculparas porque ya casi no estaba pa ná, y me respondiste que lo normal era encontrarse mal. Te pregunté si venía bien que parara, y me dijiste que detenerme era una opción con la que no podía contar. Anduve siguiendo tu consejo, bebí del aquarius que me diste, tomé el gel que me alcanzaste, y corrí siguiéndote. Llegamos a la Plaza de España y tu pequeño Lucas corrió con nosotros alrededor del óvalo. Cuando me dejaste en a los 36k, Javi, ya supe que tenía que llegar.

Luego empezaron más calambres, pero junto a ellos, la generosidad del chico que entre el público me aconsejó cómo hacer el estiramiento y me dio una botella de agua. Luego empezaron los parones, pero junto a ellos, los comentarios de la gente que leía mi nombre en el dorsal, y me animaba de manera personal. Llegaron también los problemas de visión -estaba deslumbrado-, pero pude ver de nuevo a María Maestro con Ana, Eduardo, Gracia y Paco, que me volvieron a dar otro empujón.

A duras penas entré en la Alameda. Andaba más que corría, los calambres eran insoportables ya, aunque pensaba que por echar 5k más, que era lo que me faltaba, tampoco al día siguiente me iba a encontrar mejor o peor. La atravesé mirando las caras a mi derecha, hasta que vi de nuevo a quien esperaba encontrar. De nuevo mi querido Bisagra, mi ángel de la guarda definitivo. Detrás de él mi querida María, y mis sobrinos Juanito y Yaguito con sus carteles, sus sonrisas y sus ánimos me hicieron saber no ya que tenía que llegar, sino que realmente iba a llegar.

Bisagra, esos tres kilómetros últimos, que hice a 9'30'', las cosas que nos dijimos, todo eso lo dejamos entre nosotros, porque forma parte de la historia de nuestra vida, en la que siempre he encontrado en ti el apoyo que me ha hecho falta para mejorar. De entonces queda la foto de nuestro encuentro, que siempre en la memoria voy a recordar. De entonces queda también tu retransmisión a los PoNis a través del chat, las fotos, los comentarios grabados, la constatación de que todo el Club estaba pendiente de lo que estaba pasando. De entonces queda la separación en la puerta del túnel, cuando con el nudo en la garganta y las lágrimas en los ojos, me puse a correr como si no hubiera mañana hasta la meta, deseando y contento de acabar.

Terminé, levanté los brazos y me paré: literalmente, no pude dar un solo paso más. Llamé a dos chicos de Protección Civil para decirles que no me podía mover ni para delante ni para atrás. Pasar por la camilla fue un contratiempo, pero la alegría ha sido tanta, que el rato en la enfermería tratándome la fascitis ya está olvidado, y las muletas con las que anduve ayer por la tarde, a esta hora están descansando en una esquina. Las gracias de entonces van a mis padres, que -como siempre- me rescataron en el momento oportuno. Saliendo del estadio en silla de ruedas a las tres de la tarde, ya fui consciente de que todo acababa de terminar. 

No sé si a partir de hoy soy otro. Creo que no, pero soy consciente de que desde hace un año y medio, muchas cosas han cambiado en mí. Sin embargo sé que lo de ayer, siendo relevante, es como la espuma que sale al romper las olas: las mareas que las producen tienen otra procedencia, más profunda, vienen de otro lugar. Por eso, queridos PoNis, aunque os hayáis quedado con el gesto mío de levantar los brazos en la meta, en ese sitio estabais todos vosotros, no solo yo. Lo de ayer es de todos.

Gacela, Tirano, Juanjo, Pablo, Miniurgo, Farruco, Terrible, D'Logsli, Bisagra, mi familia y todos los que me apoyasteis: ayer fui espuma, pero realmente vosotros sois el mar. 

Con todos mis respetos,

Plax

domingo, 22 de febrero de 2015

...ya!

Salgo. Os veo por las calles.


Gracias por las palabras de ánimo. Os quiero, PoNis Runners Club.

Abrazos

Plax

sábado, 21 de febrero de 2015

...listos...

...ya tengo el dorsal: 7576, me encanta el número.


Ayer el bueno de mi amigo Javi me mandó una foto del km. 33 pintado en verde en el asfalto, a la altura de la Palmera, esa distancia que llaman "el muro"...no sé realmente si lo atravesaré; sólo pienso que igual que para los exámenes, voy preparado. Y más no se puede dar: si sale, sale, y si no, otra vez será. Esto, como todo, es cuestión de perseverar.

Veinticuatro horas, amigos. Con todos mis respetos por el km. 33,

Plax

viernes, 20 de febrero de 2015

Preparados...

...último entrenamiento antes del gran día, suave, siete kilómetros y seis rectas. Tres meses de levantarme temprano, de ir poniéndome metas cotidianas, pequeñas y continuas, acaban hoy. He aprendido mucho, y no sólo a correr. Seguramente eso sea lo de menos. He crecido.


Las pequeñas metas dan paso a la grande, que se hace de muchas pequeñas. Quedan 48 horas y estoy preparado.

Con todos mis respetos,

Plax

lunes, 16 de febrero de 2015

Sevilla ciudad del camping

Sevilla, calle Almirante Apodaca...digo yo, que es legítimo que la gente de los bares quiera dar trabajo, hacer dinero y servir cuantas más tapas y raciones mejor.



Pero, ¿tienen que hacerlo en medio de la calle que es de todos? ¿no hay un Ayuntamiento que vele por lo público, incluido el espacio ídem? Después de Sevilla ciudad del deporte, de la música, de María Inmaculada, qué toca; ¿Sevilla ciudad del camping?

Realmente, cada vez entiendo menos que las calles se conviertan en restaurantes...y menos todavía que la acampada, por muy hostelera que sea, esté legalizada en Sevilla. No lo entiendo.

Con todos mis respetos,

Plax

domingo, 15 de febrero de 2015

...y el Regreso al Bromuro

...como todo tiene su haz y su envés, el encuentro del pasado viernes me dejó madurando una serie de reflexiones metafísicas sobre nuestro paso por el SFP que os quería comentar...sobre el sitio que hizo de nosotros individuos mentalmente Pomelos, y que nos inculcó el Nihilismo en lo más profundo de nuestra espiritualidad.

Y especialmente, pensando en cómo durante los años que pasamos por allí pudieron ponerse delante de nuestras narices todo tipo de ocasiones para volvernos PuMas, y que en base a las inseguridades, a la modestia y vergüenza enfermizas que mentalmente nos atacaban, hicieron de nosotros los PoNis que actualmente somos. Tal vez fuese algo que nos echaban en la comida, no lo sé...

Y con esto no pienso en saldar cuentas abiertas, ni caer en una nostalgia que sé que no me llevaría a nada, ni fantasear con qué hubiera sido de mi vida. Pero convencido de que gracias a -o por culpa de- eso, soy quien soy y tengo lo que tengo, también pienso en cómo todo hubiera cambiado si hace 25 años, estando en ese patio en forma de "L", en algún momento Plax McFly hubiera llegado, para advertirme de las consecuencias de mis decisiones, tanto como de la potencialidad de mis capacidades.

Así otro gallo hubiera cantado, eso es seguro. Pero por eso, la historia de mi vida no puede argumentarse como la de Regreso al Futuro. Por eso, paseando el viernes por los pasillos y aulas del SFP, me di cuenta de que en realidad esa visita era para mi, cerebralmente, reconocer las razones genuinas de mi PoNismo...un auténtico Regreso al Bromuro...



Con todos mis respetos,

Plax

Vuelta al cole...

Queridos amigos,

Ayer tuvimos suerte. La de vernos los PoNis de nuevo y coincidir con la generación junto a la que crecimos en ese lugar tan genuino y raro que responde a las siglas de SFP.

Suerte porque nos reunimos pasado mucho tiempo, encontrando la ocasión de comentar con guasa -y pos supuesto siempre, con todos nuestros respetos- cómo estaban unos, unas, otros y otras, y de reírnos hasta partirnos literalmente la caja con los comentarios de Almagro sobre el cuñao, su paso por la Universidad, sus exámenes modelo "Rayo Vallecano", y el "me cago en tu puta madre" al catedrático en el momento que le echaron de la carrera...

Hubo otros momentos geniales en la noche, que pasaron por el pase de fotografías históricas y las buenas conversaciones con Torres, Marcos, Jero, Antonio, y tantos compañeros de los que uno guarda siempre buen recuerdo. Genial fue también la visita al Colegio, con esa foto en la grada del polideportivo que estoy esperando que nos manden ya, y luego pasar por aulas, comedor, cocinas y laboratorio...que solo faltó que nos dieran a chupar la famosa piedra de cinabrio...


Te echamos de menos, Tirano, aunque lo pasáramos bien. Tus aportaciones en momentos como el de ayer siempre son reveladoras. Y también echamos de menos a otros muchos que no pudieron venir, nuestro querido Spader entre ellos. Esperemos que en la próxima todos volvamos a coincidir...

Con alegría, y con todos mis respetos,

Abrazos

Plax

martes, 10 de febrero de 2015

Tragedias irreversibles del universo PoNi, vol.1: Uma Thurman

Hoy es un día triste. Ahora me explico estas nubes grises. Día negro, día de luto. Día para olvidar.

Siento daros el disgusto. Queridos amigos, de ahora en adelante, Uma Thurman es esta:


Básicamente, creo que todo el mundo tiene derecho a hacer con su cuerpo lo que quiera. Pero cuando la cara de alguien es un mito universal, patrimonio de la creación divina, la ONU, o la UNESCO, deberían hacer algo...igual que se protege el Cañón del Colorado, Machu Pichu o las pirámides de Egipto...deberían haber hecho algo con Uma.

Voy vagando por mi casa, buscando refugio en los rincones, dentro de la bañera, debajo de la cama...sin rumbo, sin luz en los ojos, sin ganas de vida...no es solo mi disgusto, sino el de los demás PoNis...en especial pienso en Miniurgo y en Tirano, cuando la vean...ay! mi pobre Tirano, ojalá tenga algo blandito cerca para cuando pierda el conocimiento...

Día triste. Día de pomelos. Día de nihilismo, nihilismo sin límites, nihilismo sin fin.

Con tristeza, y con todos mis respetos,

Plax

lunes, 9 de febrero de 2015

Diez semanas

Poco a poco se acerca...


Con todos mis respetos,

Plax

domingo, 8 de febrero de 2015

PoNis al trote, vol.9: run like Varoufakis

En una semana en la que todos comentamos las maneras del hipermetrosexual Varoufakis, los PoNis siguen su andadura runner, especulando con la posibilidad de que algún día veamos al megaministro griego de economía ir a los consejos del Eurogrupo corriendo desde Atenas a Bruselas y entrar en las reuniones con sus New Balance y la camiseta sudá...


Lo de hoy ha sido mi prueba de fuego para el maratón, que dentro de dos semanas estará ya rodando por las calles de nuestra Mariana Ciudad...poniéndome primero por mi cuenta 14k de calentamiento, y acoplándome luego a la carrera de 10k de la Federación alrededor del centro de Sevilla con mi querido Miniurgo...ahora mismo tengo las plantas de los pies calentitas, nada más...

Se ha echado de menos a quienes no habéis podido asistir. A ver si dentro de poco estamos de vuelta juntos, con nuestros lesionados recuperados, que falta nos hace ya...

Abrazos

Plax

sábado, 7 de febrero de 2015

Don Francisco Luque

Queridos todos,

Vaya disgusto que me he llevado. No sabía que don Francisco Luque Vera, nuestro don Francisco, llevaba un tiempo gravemente enfermo. Enterarme hoy de su muerte ha sido un palo. Un gran palo.



Todos lo conocimos en el colegio, por lo que poco puedo aportar a la memoria que cada uno guarde de él. Imagino que muchos coincidiremos en momentos clave: dando golpes en la mesa (1...2...3!) con su regla de madera, hasta que al tercer porrazo se rompía, ese darse la vuelta para lanzar la tiza al que estaba haciendo el gamba en su mesa, esos cuidados que nos daba (agua caliente con sal, agua caliente con sal...), cada vez que en el patio nos pegábamos un jardazo. Y así, a más memoria que hagamos, más detalles saldrán de su calidad como maestro y de su grandeza humana.

Fuera del colegio, recuerdo dos momentos que me acercaron a él. Completamente intrascendentes, pero muy significantes para mí. Uno fue al poco de entrar, en tercer curso, cuando empecé a darme cuenta de la importancia que en la vida podía tener el factor de la casualidad: don Francisco habló del nácar de una caracola que había en la consulta de su dentista, y a las pocas semanas, yendo con mi madre a hacerme un empaste en Castilleja, descubrí en la sala de espera la misma caracola. Fui a decírselo a don Francisco al día siguiente, y efectivamente, habíamos coincidido. Lo pienso ahora y me parece Murakamiano.

El segundo fue hace unos años, en la inauguración de una exposición sobre el genial dibujante Nazario, en el Monasterio de la Cartuja. Viendo esa maravillosa muestra de ilustraciones, entre el gentío, al lado del mismísimo Nazario, vi a don Francisco. Fui a saludarle, y me dio un abrazo. Me presentó a Nazario, que resultó ser su hermano, y estuvimos charlando, que qué bien me veía, y qué bien le veía yo a él. Fueron cinco minutos, pero me quedo con esa memoria de calidez, porque fue la última vez que lo vi.

Gracias, don Francisco, por todo lo que nos ha dado. Siempre me acordaré de que tuve un profesor de pelo blanco que me hizo mejor persona. En deuda quedo, en deuda quedamos. Un abrazo, donde quiera que esté, y descanse en paz.

Con todos mis respetos,

Plax

viernes, 6 de febrero de 2015

Mitos globales insuperables de la existencia PoNi, vol.3: Juan Tamariz, o el mago inigualable del violín

Hacía tiempo que le debía un post a este genio. Y fue el otro día que me decidí, andando por la Alameda con mi querido Farruco, cuando vimos este cartel que nos recordaba que seguía vivo, derrochando arte por el mundo, como si el tiempo, igual que con Jordi Hurtado, no pasara por él...


La imagen de Juan Tamariz ha sido para mi, desde que lo vi por primera vez, la reencarnación inclasificable de Woody Allen en un madrileño de Carabanchel, impredecible, genial, histriónico, simpático y cercano, un auténtico maestro de la filosofía de vivir, siempre con la sonrisa en la boca. No olvidaré nunca lo amable que fue cuando a mis 15 años, me lo encontré en Londres, entre los sarcófagos de las momias del Museo Británico, y me hice una foto con él. Fue el primer (y creo que último y por tanto único) personaje famoso con el que me he fotografiado, y aunque no guarde el documento, lo tengo fijado en mi memoria.

No sabría cuántos vídeos poner de Tamariz...y podría verlos todos seguidos para oírlo con esa voz aguda al borde de quebrarse, sus chistes, sus cambios de ritmo, sus 'queos' y sus gritos, un showman sin igual, sin paliativos, que a mi siempre me logró subyugar...



...porque no era que me dejara con la boca abierta, pensando en cómo podía hacer los trucos que hacía. Con Tamariz lo importante, lo verdaderamente importante, lo auténticamente importante, no llegaba hasta el final...cuando terminaba el número, y para certificar su victoria con genuino cachondeo, hacía su famoso violín...chiana-niana-naaaa...



Desde entonces, todos los PoNis, sin excepción, hemos hecho el violín a la hora de llevarnos el gato al agua con algo: cuando hemos metido un gol, al encontrarnos un billete de 20 euros en el bolsillo del abrigo, después de realizar algún que otro acto sexual...a causa de este fenómeno...de este genio. Puto genio. Genio entre los genios. Tamariz, por favor, sigue dándonos por muchos años tu energía y tu sentido del humor. Que falta nos hacen.

Gracias, Tamariz. Con todos mis respetos,

Plax 

domingo, 1 de febrero de 2015

Sabemos si Podemos?

Reconozco que estoy muy condicionado por una convicción que ha echado fuertes raíces en mi pensamiento y que gira en torno a que la sociedad terrícola actual es mediocre y decadente, y que en consecuencia todo lo que hace o crea es mediocre y decadente.

Miro a mi alrededor y sólo veo mediocridad y decadencia. Y estoy seguro que hay gente brillante, más que seguro porque conozco a algunos, pero o están hastiados y escondidos o están hipnotizados por los cantos de sirena contemporaneos, o escriben paridas en Tweeter, tan brillantes como inútiles.

Veo lo que sucede en la Cutre España, en la Fofa Europa, en la Irremediable Latinoamérica, en el Alucinado Oriente, en la Decadente América... Y las raíces de mis convicciones crecen y crecen...

Por eso, cuando escucho a los Nuevos Iluminados, charloteando con sentimientos de súper héroes, blableando mientras arengan a Los Perdidos y Desilusionados, metiéndoles en la cabeza la Droga de la Falsa Esperanza, me da pena. Pena porque vuelven a crecer las raíces. Pena porque nuevas esperanzas vuelven a frustrarse cuando paso por el filtro de mi corta o grande inteligencia su discurso y lo encuentro hueco... Tanto como el de los mierdas que ya nos han llevado donde estamos.

Estoy convencido que debe haber una vía... Siempre la ha habido, pero la que se nos presenta a modo de holograma del Consejo Jedai, no lo es, porque algo que sí he aprendido en el ejercicio de mi actividad profesional es que ideas sin acciones son alucinaciones... Y lo que nos presentan los teóricos profesores de universidad con súper poderes son muchas ideas, huecas de acciones...

El tiempo dará o quitará razones y cada cual es libre de pensar y hacer lo que su conciencia le dicte. Lo respeto. Como respeto mis convicciones generadas a raíz de lo que observo, de forma prudente.

Que la fuerza nos acompañe... Porque con todos mis respetos, creo que nos va a hacer falta para afrontar lo que nos viene...


Con todos mis respetos,

Miniurgo.