Debo confesar que soy enemigo de los gurús: ninguna teoría es universal y cada caso requiere su propia medicina, que los gurús normalmente no pueden administrar desde la estratosfera. Y en el caso concreto de Kaplan y Norton, de su teoría de los Mapas Estratégicos - Cuadro de Mando Integral, sólo me gusta el núcleo. Los libros a través de los cuales desarrollan su teoría son enormes cebollas, cuyos cuerpos sirven fundamentalmente para llorar, y sólo sus núcleos son aprovechables. Es decir, que normalmente sólo resultan interesante los resúmenes de pocas páginas que cada N años, publican en la HBS.
Y en este sentido, el núcleo del modelo de Mapas Estratégicos - Cuadro de Mando Integral me resulta verdaderamente interesante como herramienta para traducir la Estrategia en Objetivos Concretos. Es decir, para aterrizar la "paja mental" en "acción".
Y es que, como inteligentemente expuso un profesor de Control del máster: las ideas sin acciones son alucinaciones... y por tanto, las pajas mentales, si no se traducen en objetivos, y estos en planes de acción y estos en acciones concretas, nada se consigue.
Muchas empresas fracasan en que con independencia de poseer buenas o malas estrategias, y con independencia de cómo las definen (este tema daría para varios tomos) no son capaces de ejecutarlas y entre lo que quieren ser y lo que hacen para serlo, dista un abismo. Los Mapas Estratégicos son una herramienta genial, desde mi punto de vista, para ayudar a aterrizar en objetivos y acciones los deseos estratégicos.
Aún más, llevándolo al terreno personal y defendiendo mi teoría que argumenta que las empresas, y más allá la sociedad, son sus personas, el modelo de Mapas Estratégicos - Cuadro de Mando Integral es perfectamente aplicable a cada persona para ayudarle a traducir, su estrategia, su lo que quiere ser, en objetivos concretos y accionables para lograrlo.
Es decir, toda persona debería tener claro su Visión (su qué quiere ser) y debería tener claro qué objetivos se marca para lograr serlo. Y si asumimos que toda persona se puede descomponer en varios planos o dimensiones, como por ejemplo (cada uno puede autodimensionarse como mejor lo entienda y le sirva):
- Dimensión de aprendizaje y crecimiento,
- Dimensión espiritual,
- Dimensión profesional,
- Dimensión felicidad
Podríamos estructurar los objetivos que cada persona se debe marcar en cada una de sus dimensiones, para entender la relación causa-efecto que cada objetivo provoca sobre el resto en su propósito de alcanzar la Visión, es decir, para lograr ser lo que queremos ser.
Y si a cada objetivo le asociamos acciones concretas para alcanzarlos, e incluso rizando el rizo, un indicador para medir si lo alcanzamos o no, tendríamos una herramienta muy útil, a modo de hoja de ruta personal, para saber qué hacer para lograr ser lo que queremos ser.
Mi convencimiento es que si fuéramos capaces de definirlo y ejecutarlo, andaríamos menos perdidos por la vida, y probablemente seríamos mejores personas, y lograríamos contribuir a formar parte de mejores sociedades y de mejores empresas, logrando un Mundo mejor... Asumiendo que la Estrategia Personal definida fuera la adecuada...
Y como defendí que no creía en el Ora y sí en el Labora, he decidido, horas antes del final de este año, definir mi propia Visión y traducir esta Estrategia Personal en un Mapa Estratégico Personal, que me comprometo a cumplir...

Creo que el tiempo que he dedicado en ello, será mucho más útil que ponerme unos gayumbos rojos, meter mi alianza en la copa de champagne, atragantarme con las doce uvas, y pedirle a Dios que obre un milagro...
Os lo aconsejo, como forma de convertirnos en las Constantes que este Mundo necesita.
El año que viene rendiré cuentas ante vosotros.
Un fuerte abrazo y os deseo un muy Feliz Año 2011.
El Miniyo del Demiurgo.












