Queridos amigos,
En los últimos tiempos se han sucedido en este foro las diferentes opiniones y visiones acerca de una situación social, política y económica como es la actual, en la que por encima de todas nuestras divergencias, donde todos coincidimos es en que es una mierda.
Para convertirlo no en una mierda, sino en una puta mierda, añado un relato que refleja la experiencia kafkiana que he vivido en las últimas 48 horas en la Universidad de Sevilla...
Todo arranca de una manía personal por meterme en lo que no me llaman, y tal vez esto que os vengo a contar podría ser el último escarmiento. Pero no lo va a ser. Como sabéis, soy profesor de la Universidad de Sevilla, algo que cuando se cuenta "soy profesor", pues parece algo muy prestigioso y reconocido, pero que en realidad no es más que un espejismo que suele confundir la percepción de una situación bastante precaria, concretada en un sueldo de 600 euros al mes.
Digo que me meto donde no me llaman, porque en la Universidad contemporánea, por esos 600€ mensuales, te integras en una carrera académica cuando menos paradójica. Digo paradójica, porque aunque tenga un contrato basura, ante todo, y por encima de todo, dar clases es algo que realmente me apasiona. Me gusta preparar clases, me gusta investigar, me gusta estar en un aula con gente con ganas de interactuar, de discutir, de pensar.
Pero a ratos me asaltan las contradicciones de la paradoja. Porque por ese contrato basura, además intentas hacer más cosas. No es mi intención ponerme de ejemplo de implicación, máxime cuando conozco gente que hace muchísimas cosas en la Universidad en condiciones absolutamente lamentables, y pienso en becarios, en colaboradores honorarios, etc.... El caso es que además, porque te comprometes, asumes ser coordinador de una asignatura, te integras en grupos de investigación, y además de las consabidas publicaciones, tesis doctoral, y acreditaciones nacionales, pues te propones organizar actividades para la gente de la universidad, para que el servicio público que prestas sea lo más generoso posible. Generoso no por la gratuidad, sino por la posibilidad que se abre a generar nuevas perspectivas, nuevas visiones, nuevos puntos de vista, que en definitiva son los que hacen avanzar a la sociedad...
El caso es que desde hace unos meses he estado enfrascado en la organización de unas jornadas sobre ciudad contemporánea en la Universidad de Sevilla. Organización por la que dedico tiempo y esfuerzo,
pro bono, montando una web, contactando con ponentes de Sevilla, Madrid y Londres, trayéndolos, alojándolos, pagándoles honorarios, dándoles de comer...por el módico precio de 1200 euros de unas Ayudas de Extensión Universitaria que concede el Rectorado para la organización de eventos académicos.
Entre todos los preparativos, hay uno que es de los primeros, que es la reserva del espacio donde este evento va a ser. En mi caso, reservé el salón de grados de la Escuela de Arquitectura (a los que fuisteis, esa habitación cutrecilla donde leí el año pasado mi tesis), para lo cual hace tres meses entré en la web de la Escuela, hice mi reserva, indicando día y hora (ayer 29 de junio), justificación y motivo (unas jornadas sobre creatividad urbana), y resolví la primera papeleta.
Estaba tranquilo, hasta que el miércoles de la semana pasada recibí un correo de la Administración de la Escuela diciéndome que por la naturaleza de la actividad que estaba organizando, debía rellenar un impreso extra. Sin saber muy bien por qué, porque era la misma información, lo rellené y lo entregué.
El martes, día antes de la celebración de la Jornada, mientras estoy en una reunión en Madrid recibo el siguiente correo de la Administración de mi Escuela:
Profesor González:
En contestación a su solicitud de 24 de junio de 2011, con referencia abajo indicada, una vez estudiada la viabilidad de la misma, le informo de que ha sido autorizada por la Dirección de la Escuela.
Asimismo, le informo de que el importe total de la reserva de instalaciones (Salón de Grados) asciende a 501 €, Iva incluido. Conforme a lo previsto en el anexo III del Presupuesto de la Universidad de Sevilla 2011 y a las condiciones particulares de uso de las instalaciones aceptadas, la cantidad presupuestada para la utilización de las instalaciones universitarias deberá ser ingresada previamente a su uso en la siguiente cuenta bancaria:
Banco Santander Central Hispano 0049.2588.71.2114197826
Universidad de Sevilla.
Cuenta General de Ingresos.
Una vez realizado el ingreso, se deberá remitir por fax copia del justificante de ingreso al siguiente número: 954 55 65 34.
Nos mantenemos a la espera de recibir su conformidad para realizar reserva provisional de espacios en el sistema de gestión, que se confirmará con el ingreso y comunicación del referido importe.
Referencia : CIUDAD CREATIVA
Reciba un cordial saludo,Claro, el Profesor González, cuando lee eso, flipa. De repente, la Escuela de Arquitectura cobra por organizar un evento académico en sus instalaciones...me salgo de la reunión y llamo al Administrador, y como resultado se produce el siguiente diálogo de besugos Pop:
[Profesor González] "Hola, soy Plácido González, profesor del Departamento de Historia, y llamo porque he recibido un correo suyo, diciendo que tengo que pagar por 501€ por usar el salón de grados, y debe ser un error"[Administrador] "Sí, hola, no, no es ningún error, son las tarifas que están establecidas por la Dirección de la Escuela desde el 10 de Marzo de 2011"[Profesor González] "¿Tarifas de qué? ¿De uso de los espacios de la Escuela para actividades académicas universitarias? Es una broma, ¿verdad?"[Administrador] "No, no es ninguna broma. El Espacio Europeo de Educación Superior exige que el uso de las instalaciones universitarias ha de ser presupuestado y abonado por quien quiera hacer una actividad. Sólo estamos aplicando una norma"[Profesor González] "Pues mire usted, será una norma, pero no tiene sentido. Tengo un ponente que ha salido hace una hora de Londres, otro que sale mañana de Madrid a las 7:00, no tengo dinero para pagar, y la Jornada se va a celebrar"[Administrador] "Pues la norma es esa"[Profesor González] "Pues la norma será esa, pero no tiene sentido y yo no tengo dinero"[Administrador] "Pues nada"[Profesor González] "Pues nada entonces, ya veremos lo que hacemos. Tengo que dejarle. Adiós"[Administrador] "Adiós"Al día siguiente, a las 930 de la mañana, media hora antes de empezar, voy junto con un compañero al despacho del Administrador. En ese momento se produce un nuevo diálogo Pop de Besugos con los siguientes highlights:
[Administrador] "Pues la norma es la que es, porque se ha dado el caso, de que aquí ha venido a la Escuela la empresa Holcim, o Dragados, y han hecho sus congresos por la cara, con cátering, y la Escuela no ha visto un duro...aquí la gente se cree que la Universidad es gratis, y las cosas hay que ponerlas en valor"[Profesor González] "Ponerlas en valor, entonces es ponerles precio...no sabía eso...pero usted además sabe que yo no soy de Dragados, ¿verdad?"[Administrador] "Sí, lo sé"[Profesor González] "Usted sabe que yo soy profesor de la Universidad de Sevilla, verdad"[Administrador] "Sí, lo sé"[Profesor González] "¿Sabe usted que tengo un contrato basura de 600€ al mes? ¿Sabe usted que organizo esta actividad para la comunidad universitaria completamente gratis? ¿Sabe que me está pidiendo mi sueldo de un mes para usar un espacio de la Universidad para un evento académico? Sabe que no estoy organizando una boda, ni una tómbola?"[Administrador] "Eso no importa. Lo que importa es la norma. Es el Espacio Europeo de Educación Superior"
[Profesor González] "Y lo próximo qué es, ¿me van a cobrar alquiler por entrar en mi despacho?"[Administrador] "Hombre, como empecemos a exagerar, aquí no nos vamos a entender"[Profesor González] "Pues realmente no tengo nada que entender de esta norma. Que sepa que tenemos a los ponentes y a los asistentes listos, y que vamos a empezar"[Administrador] "Pues no sé qué quiere que le haga. La norma es la norma, y tiene que hablar usted con el Director..."Nos fuimos del despacho. Ni hablamos con el director, ni pagamos. Finalmente hicimos la Jornada y salió bien. Los ponentes estuvieron fantásticos, la gente participó en un debate activo, quedó contenta...pero no puede evitar que al final del todo, después de doce horas, en el momento de tomarme una cerveza a la salida, mi cabeza siguiese pensando en los 501 euros...y en la puta madre de los 501 euros...
Pero a pesar de todo, lo siento por los ineptos que hacen este tipo de normas, que además de falaces, son ilegales. A pesar de todo, mi pensamiento último no es negativo. Porque aunque piense en los 501 euros, me motiva más ver cómo la gente se implicó, cómo los asistentes lo agradecieron al final...y no, aunque me lo intentase joder, la norma no va a evitar que siga organizando actividades como la de ayer...y si hace falta hacerlas en el patio de la Escuela, o en la calle, pues allí se harán...porque hay algo que la norma no puede detener, y eso son las ideas, los pensamientos, y la voluntad...
Por mi parte que esperen para pagar...además al Santander...que esperen...va a pagar su puta madre...
Abrazos