Realmente me ha dado qué pensar. Por supuesto puedo entender que desde la perspectiva de una víctima, se clame venganza por cualquier crimen. Puedo entender que presa de la ira, un padre pueda abalanzarse sobre quien haya hecho daño a un hijo suyo, sin importar las consecuencias. Puedo entender que quien esté sufriendo en su propia carne cualquier injusticia se revuelva contra quien le ataca, lo puedo entender.
Entendiendo todo eso en las personas, no puedo entender que esos sentimientos se trasladen a la sociedad y se constituyan en normas. Igual que no puedo entender la lapidación instituida en algunos Estados, no puedo entender la inyección letal que se aplica en otros. E igualmente, no puedo entender la cadena perpetua como pena aplicable en un país como el nuestro. La sociedad la forman personas, y ha de proteger a las personas, pero no puede adoptar de manera directa para regularse los sentimientos de las personas: ni los condescendientes, ni los vengativos.
Para mí, escuchar ayer que finalmente se aprueba la "prisión permanente revisable" en España, ha sido como saber de repente que nuestro país tuviera la bomba atómica. Literalmente así: una barbaridad. Una innecesaria barbaridad. Y esto lo digo, sabiendo que habrá quien no esté de acuerdo con lo que digo. A sabiendas también de que tal vez yo mismo, dentro de unos años, pueda estar desdiciéndome de esto que en este momento escribo.
Pero así lo pienso ahora, y lo expreso, con todos mis respetos.
Abrazos, buen fin de semana,
Plax