Querido D'logsli, los amantes del ciclismo estamos viviendo unos años complicados. Unos años en los que nos están rompiendo todos los esquemas establecidos en nuestros cerebros, tarde de gloria gala tras tarde de gloria gala, durante los meses de julio de nuestra juventud.
Personalmente me quedé mentalmente roto el día que El Pirata, Marco Pantani, el más grande que jamás haya visto sobre una bicicleta, fue sancionado por dopaje. Rotura mental sólo comparable con la que sufrí el día que sancionaron al Pelusa, al Barrilete Cósmico, también por dopaje. Sólo comparable a su vez con el día que de niño te enteras que Los Reyes son los padres.
Desde entonces, me convencí que todo lo que tenía que ver con el ciclismo era mentira. Y es que todos los Grandes han sido sancionados por dopaje durante estas dos últimas décadas. Todos, excepto Indurain y Armstrong.
Armstrong ya ha caído.
Indurain no lo ha hecho porque, en mi opinión, no se analizó el caso como se ha hecho ahora con Armstrong. Pero ha quedado demostrado que nadie es tan marciano de repente como para de no ser nadie, pasar a ganar N Tours, con N mayor que tres, logrando diferencias finales como las que conseguían Indurain o Armstrong sobre los segundos clasificados.
No es humano.
No lo puedo demostrar, pero no es humano.
Y por tanto, estas dos últimas dñecadas de ciclismo, se pueden borrar porque son una estafa.
Y en este contexto de mentira y estafa ciclista, para mi el caso más llamativo, mucho más que el de Indurain o Armstrong, que siempre uso a modo de autodemostración de que estas dos últimas décadas del ciclismo son para borrarlas, es el Chipiriflautico Caso Berzin...
Un joven ruso que en el año 93 queda 90º en el Giro de Italia, y al año siguiente, como un milagro, lo gana, levantándoselo al propio Indurain... Para en el 95 pasar a ser 2º, en el 96 10º, en el 97 20º... y en Tour no lograr más que victorias de etapa...
El Chipiriflautico Caso de una Estafa. De la nada a la Gloria. De no ser nadie a ganar la Ronda más hermosa y dura, el Giro.
Tururú Eugeni, tururú.
Por lo que, querido D'Logsli, como cuando nos enteramos que los Reyes eran los padres, a afrontarlo con entereza y a no pensarlo más.
Con todos mis respetos.
Miniurgo.
No estando muy metido en el mundo del ciclismo, creo que lo más grande que ha dado este deporte en los últimos años no es en una dimensión competitiva, sino humorística...realmente me partí el pecho cuando contaron cómo había sido el procedimiento del "lechero" para abastecer al equipo de Armstrong...lo de tener a un tío, granjero para más señas, atravesando Francia en vespino detrás del pelotón del Tour para no levantar sospecha, es para hacer una película de humor que arrasara en los Óscar y en el festival de Cannes...me imagino a Roberto Benigni haciendo el papel del granjero, a lo Caro Diario del humor, con su termo lleno de EPO por la Provenza, atravesando el Alpe D'Huez y el Eurotúnel, y me da algo...
ResponderEliminarComo te comenté el post de la espada, seguí el ciclismo, como casi toda españa, con la llegada de Indurain...algo parecido a lo que está ocurriendo ahora, al menos en mi caso, con la fórmula 1.
ResponderEliminarQuizás por eso, por no ser un conocedor de dicho deporte, me cuesta imaginar a estos "grandes deportistas" haciendo trampas, a esos iconos, ídolos, heróes deportísticos de toda una época... pero la realidad, de momento en el caso Amstrong, parece que lo confirma.
Una Pena.