Me divertía bajando por la arena de la Playa de las Conchas, pensando en cómo contarle a mis sobrinos dónde estaba: "...un sitio muy lejos muy lejos, al que hay que ir primero en avión, luego en coche, luego en barco, luego en bicicleta, y luego andando..."
Os confieso que como esta playa de arena de vainilla en la Isla de La Graciosa, mirando frente al Islote de La Montaña Blanca, no he visto en mi vida ninguna igual. Con todos mis respetos por la belleza sobrehumana de este lugar, con un abrazo os dejo la postal.
Os confieso que como esta playa de arena de vainilla en la Isla de La Graciosa, mirando frente al Islote de La Montaña Blanca, no he visto en mi vida ninguna igual. Con todos mis respetos por la belleza sobrehumana de este lugar, con un abrazo os dejo la postal.
Lo hubieras tenido mucho más fácil haber ido a la Playa de la Concha (San Sebastían) con un camino menos intrincado, una panorámica bastante similar, hasta con la Isla de San Telmo frente a la playa, y un paseo marítimo cuajado de tamarindos y maravillosos lugares donde comer.
ResponderEliminar¡Perdón por la broma!
Jeje, la comparación no es descabellada...en playa urbana, ciertamente, La Concha es insuperable.
EliminarNo sé si fue ironía o coincidencia el llamar a la de Lanzarote según la de Donosti, pero desde luego, la congoja que producen las dos está fuera de lo conocido...
Un abrazo,
Plax