Hace una semana llegué a Brasil. En los últimos meses, cada vez que llego a Guarulhos, lo hago con la misma expectativa de encontrarme un nuevo Brasil. Ese del que tanto se habla desde que lo nombraron parte de los BRIC, desde que The Economist le dedicara una portada con el Cristo Corcovado despegando como un cohete, desde que le asignaran los dos mayores eventos deportivos del Universo. Ese que cada vez que aterrizo, sigo sin encontrar.
Aquí todo sigue igual.
Pero es muy difícil explicar con palabras qué significa ese "igual". Y casualmente ayer, mientras paseaba por el centro de Atibaia, al pasar por delante de una ortopedia, ví claro cómo explicarlo sin necesidad de palabras, gracias a la genial alegoría pop que un puto genio urbano, sin quizás querelo, concibió como explicación visual incontestable de lo que es Brasil...
Y es que esto es Brasil. Esto es lo que sigue igual. Un esqueleto de país. Que se cree moderno por llevar gorra a lo Cristianita Ronaldo, pero que en realidad está muerto espiritualmente, y siendo cadáver, está absolutamente fracturado en los huesos que la deben sostener, necesitando muletas temporales para conseguirlo que cuando se rompan o gasten, le van a dejar indefenso e igual de fracturado. Esto es Brasil.
Y es que las inversiones realizadas para los grandes eventos se van a quedar en las instalaciones (a lo Atenas 2004), pero en ningún lugar más. Y estas ventanas de oportunidad, pasarán sin conseguir un desarrollo social y económico sólido que lleve al esqueleto a convertirse en un Ser con Alma. Brasil perdió su Alma hace muchas décadas atrás y lo hizo para siempre. Una pena.
Con todos mis respetos,
Miniurgo.
Genial, Miniurgo. Simplemente genial.
ResponderEliminarAbrazos