En la Casa del Libro hay un chico muy amable, al que siempre que le pregunto por un título me deja abrumado por su conocimiento enciclopédico sobre la literatura japonesa. Se lo sabe todo, se lo ha leído todo, lo tiene clasificado todo. En Murakami, como los esquimales con los tonos blancos de la nieve, distingue hasta siete u ocho etapas creativas distintas: mi librero es un crack.
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No sé en qué época de Murakami entra Norwegian Wood. Se lo tendré que preguntar. Solamente puedo decir que desde el inicio, con el Boeing 747 aterrizando en el aeropuerto de Hamburgo con la canción de los Beatles de fondo, esta novela es un relato PoNi en estado puro. Del salto de la adolescencia a la edad adulta pasando por la Universidad, la auténtica y la de la vida, que no se completa de una sola vez, sino que se cruza lentamente, como un puente japonés que se construye con piedras que sobresalen de la superficie del lago, en el que apoyamos nuestros pasos alternantes, pie derecho y pie izquierdo, nunca los dos a la vez.
Por eso, he empatizado con esta historia desde su arranque, y su belleza me ha conmovido. Y en la cercanía con la que Murakami se me ha mostrado en este libro, al terminarlo he cerrado los ojos, y se me ha aparecido Diego El Cigala, cantando al piano de Bebo Valdés.
Que lo disfrutéis, amigos. Buen fin de semana.
Plax
No sé en qué época de Murakami entra Norwegian Wood. Se lo tendré que preguntar. Solamente puedo decir que desde el inicio, con el Boeing 747 aterrizando en el aeropuerto de Hamburgo con la canción de los Beatles de fondo, esta novela es un relato PoNi en estado puro. Del salto de la adolescencia a la edad adulta pasando por la Universidad, la auténtica y la de la vida, que no se completa de una sola vez, sino que se cruza lentamente, como un puente japonés que se construye con piedras que sobresalen de la superficie del lago, en el que apoyamos nuestros pasos alternantes, pie derecho y pie izquierdo, nunca los dos a la vez.
Por eso, he empatizado con esta historia desde su arranque, y su belleza me ha conmovido. Y en la cercanía con la que Murakami se me ha mostrado en este libro, al terminarlo he cerrado los ojos, y se me ha aparecido Diego El Cigala, cantando al piano de Bebo Valdés.
Que lo disfrutéis, amigos. Buen fin de semana.
Plax
Para mi gusto, es el mejor relato de Murakami. Es con el que más me he sentido identificado. Y su historia despertó en mi sentimientos que habían nacido en mi juventud y habían quedado dormidos hasta su lectura.
ResponderEliminarRealmente lo es, por su sencillez y si intensidad, que son realmente insuperables. Yo siempre he tenido ahí a la Crónica del pájaro que da cuerda al mundo como la cumbre de Murakami, pero Norwegian Wood, con menos páginas y menos fantasía, se queda completamente a la altura.
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