Queridos amigos,
Esta ha sido la primera siesta clásica del verano, con el fondo del Tour de Francia y despertar justo para ver la llegada de Fabian Cancellara enfundándose el maillot amarillo.
Y viendo el pepino de bici BMC que lleva el amigo Fabian, he tenido una reflexión tan breve como intensa y dolorosa, acordándome de lo duros que fueron los años 90 en general para el mundo, con el desmontaje del Muro de Berlín, la Guerra del Golfo, la celebración de los fastos del 92, la entrada en vigor de los Tratados de Maastricht y Schengen, la victoria de Aznar, la muerte de Freddy Mercury y lo que fue peor que todo eso...la presentación en 1994 de la bici Espada de Induráin...
Menos mal que los malos momentos en la historia del diseño ciclista pasan rápido, y que Induráin no llegó a pasear mucho la Espada por el mundo, porque las consecuencias estéticas hubieran sido incalculables...la Espada era a una bici lo que Curro a una mascota, sencillamente algo inclasificable, incomprensible e imposible de digerir...le hicimos un hueco en nuestros corazones, porque somos de natural generoso, pero a costa de abusar de nuestra tolerancia en el gusto...y había gente que lo consideraba moderno...
Os he de confesar algo personal, y es que esos malos momentos vuelven a la memoria de vez en cuando, y la visión horrorífica de ese engendro de bici de Pinarello, con toda la tecnología que quieras, sí, pero cutre y hortera como ella sola, me asalta ocasionalmente cuando voy en bici o veo el Tour...y lo paso mal...he de bajarme de la bici, apagar la tele y poner inmediatamente la mente en blanco antes de que vaya a más y me asalten los 90 y sus subproductos: Curro, Aznar, la Espada...qué duros fueron esos años...y cuánta mierda nos dejaron...
Por supuesto, con toda mi admiración por Induráin, pero con cero respeto por su cabalgadura, espero que paséis buena tarde de sábado...psicológicamente, gracias al Tour, la primera del verano...
Abrazos
Esta ha sido la primera siesta clásica del verano, con el fondo del Tour de Francia y despertar justo para ver la llegada de Fabian Cancellara enfundándose el maillot amarillo.
Y viendo el pepino de bici BMC que lleva el amigo Fabian, he tenido una reflexión tan breve como intensa y dolorosa, acordándome de lo duros que fueron los años 90 en general para el mundo, con el desmontaje del Muro de Berlín, la Guerra del Golfo, la celebración de los fastos del 92, la entrada en vigor de los Tratados de Maastricht y Schengen, la victoria de Aznar, la muerte de Freddy Mercury y lo que fue peor que todo eso...la presentación en 1994 de la bici Espada de Induráin...
Menos mal que los malos momentos en la historia del diseño ciclista pasan rápido, y que Induráin no llegó a pasear mucho la Espada por el mundo, porque las consecuencias estéticas hubieran sido incalculables...la Espada era a una bici lo que Curro a una mascota, sencillamente algo inclasificable, incomprensible e imposible de digerir...le hicimos un hueco en nuestros corazones, porque somos de natural generoso, pero a costa de abusar de nuestra tolerancia en el gusto...y había gente que lo consideraba moderno...
Os he de confesar algo personal, y es que esos malos momentos vuelven a la memoria de vez en cuando, y la visión horrorífica de ese engendro de bici de Pinarello, con toda la tecnología que quieras, sí, pero cutre y hortera como ella sola, me asalta ocasionalmente cuando voy en bici o veo el Tour...y lo paso mal...he de bajarme de la bici, apagar la tele y poner inmediatamente la mente en blanco antes de que vaya a más y me asalten los 90 y sus subproductos: Curro, Aznar, la Espada...qué duros fueron esos años...y cuánta mierda nos dejaron...
Por supuesto, con toda mi admiración por Induráin, pero con cero respeto por su cabalgadura, espero que paséis buena tarde de sábado...psicológicamente, gracias al Tour, la primera del verano...
Abrazos
Lo del ciclismo a la siesta, es lo que el pico al jamón...el acompañamiento perfecto!
ResponderEliminarSoy un fanático del ciclismo desde los 7 años, desde los primeros años 80... Desde entonces he seguido el Giro, para mí la más romántica de todas las Grandes, y el Tour.
ResponderEliminarCrecí admirando a los Saronni, Hinault, Lejarreta, Fignon, Arroyo, Fernández, Muñoz, Laguía, Hampsten, Lemond, Delgado... Con sus bicis Orbea, BH, Pinarello, Bianchi... Forjados en equipos clásicos como los Renault, Del Tongo, Seat-Orbea, Reynolds, Toshiba, Kelme, Fagor, Zor...
Y todo cambió el día que Indurain se visitió por primera vez de amarillo en el Tour. Ese dia se acabó este hermoso deporte... El doping, lo cambiò todo, los ciclistas pasaron a ser drogatas, las bicis engendros, y la pasión bazofia... Y en esas andamos, sufriendo por no saber si unos malditos picogramos de clembuterol son más mentira o un error... Puto Indurain.
O un "¡coño, que me han pillado!"
EliminarCoño miniurgo, me has dejao a cuadros....yo como muchos, me enganche al ciclismo con perico y sobretodo con indurain, que culpa tiene ese hombre del doping?
ResponderEliminarQuerido D'logsli, hasta la irrupción de Indurain en el ciclismo, las diferencias en contrarrelojes eran mínimas, las victorias en las Grandes se alternaban, no había grandes doinadores, ni apenas casos de doping... Irrumpe este hombre y de repente tenemos varios extraterrestres ciclistas... Y cientos de casos de doping, que van por delante de los mecanismos de control... Algo huele a podrido. Siempre he estado convencido de que este hombre, que salió de la Nada y tardó en ser un inesperado crack, al igual que Berzin, Chiapucci, Zulle, Rijs, Rominger, Armstrong... Se dopaban a vena abierta... No tengo pruebas, sólo intuición... Y como tal puede ser injusta.
ResponderEliminarUn abrazo.
No lo sé, la verdad...aunque solo con contextualizar a Indurain en la misma época de éxito de un grupo como Locomía, no sé...la España de los años 90 era, cuando menos, sospechosa...sólo con que de nuestro país salieran gente como Curro, Locomía y Aznar, da que pensar...algo de doping ambiental había...
EliminarLloro de risa:
EliminarLocomía, Curro y Aznar.
Sospechoso tela, es cierto.
Yo creo que el malo de todo esto era el Manolo Saiz ese. ¡Qué coraje de tío!
EliminarA veces, en estos asaltos mentales de los 90, incluso veo a Aznar pedaleando en la Espada...con un casco aerodinámico con la cresta de Curro...y la banda sonora de "Sexo, Ibiza, Locomía"...y entonces pierdo el conocimiento...
EliminarYo he sido aficionado desde chiquitito como Miniurgo, con Perico, con Arroyo y Lejarreta antes que él, con Álvaro Pino e Hinault y Lemmond. Mítico Thyenisse subiendo con Perico las montañas francesas.
ResponderEliminarE igual que él, soy un desengañado.
No coincido en que Indurain fuera el principio del fin. Es mi juicio profano pero el problema es que en este deporte el doping ha ido siempre por delante.
Si creo que Miguelón estaba fisicamente dotado y entrenado para la dictadura que ejecutó y las dos generaciones que se cargó. Sólo Romminger y Bugno hacían frente...Zulle era un pobre depresivo y el resto, hizo su papel. Escondía algo Miguelón? puede...pero no sería nada que los demás no hicieran...5 años a ese nivel es mucho para que no te pillen.
PEro aún así...hubo grandes dominadores antes. Iban hasta arriba de anfetas, cafeina o efedrina, lo que fuera. El Canibal lo era por gusto? devoraba pruebas, como Anquetil, como Hinault. Indurain puede haber sido otro fenómeno.
Lo que yo si creo es que a partir de ahí, todo se fue al carajo y Armastrong era la esperanza de que podía haber estrellas limpias...y eso no existe en el ciclismo.
Contador era la siguiente gran esperanza y otro palo.
Es un deporte irrecuperable, no hay nada que hacer, ha tenido oportunidades de limpiarse sin éxito, está condenado.