Moneyball... O la trascendente dentro de lo intrascendente

Ayer ví esta película: Moneyball...





Es una película normalita, con una historia normalita, con una puesta en escena normalita e interpretaciones normalitas... no es una obra de arte.

Pero sin embargo, me tuvo reflexionando toda la película, porque dentro de su infinita intrascendencia como obra cinematográfica, sí que encierra una enorme trascendencia en forma de paradigmas vitales (no sé si consciente o inconscientemente por parte de Bennett Miller).

Y es que en el fondo muy fondo, me ayudó a  reforzar tres conceptos que tengo muy arraigados:

1. Un gestor siempre toma decisiones. Decidir, decidir, y decidir... Esa es la acción del gestor. Se puede equivocar, pero un gestor analiza el contexto, define criterios y toma decisiones en base a ambos: contexto y criterios.
2. Ideas sin acciones son alucinaciones. Sin un plan las ideas no se implementarán jamás. No basta con decidir hacer cosas, después hay que hacerlas. Y para hacerlas un plan es imprescindible.
3. Para tener éxito hay que pensar diferente. Si piensas como los demás, llegarás donde los demás. si quieres llegar más allá, necesitas pensar de un modo diferente.

Y esta película intrascendente, refuerza, en mi humilde opinión, estos tres conceptos que intento aplicarme cada día, convencido que muchas de las dificultades que atravesamos como personas y como profesionales, y por tanto como organizaciones sociales y como organizaciones profesionales, es porque muchos de los que tienen responsabilidades y les toca gestionar (tanto tangibles como intangibles, tanto públicos como privados), ni deciden, ni actúan, ni piensan diferente...

Tres conceptos simples, pero potentes, que esta película, siempre en mi opinión, ayuda a mostrar y que si fuera profesor de análisis de situaciones de negocio o incluso de factor humano de algún MBA, pondría en mi programa académico como de obligado visionado.


Con todos mis respetos.

Miniurgo.