Mi pequeño Telémaco es un ser excepcional.
Reconozco que tengo devoción de padre y que lo que voy a contar a continuación es una tontería, elevada en su interés, de forma exagerada, por esa devoción, pero me ha hecho tanta gracia que he querido copartirla con vosotros.
Y es que hace un momento he acostado a Telémaco y Lucilio. Últimamente no puedo hacerlo casi nunca. Y esta última semana menos porque he estado en San Pablo, lejos de ellos. Y justo cuando me voy a meter en la cama con ellos para contarles un cuento del Increíble Perro Filigranas y su Inseparable Amigo el Perro Sabueso (inventados siempre por mí sobre la marcha para hacer gimnasia con mi imaginación), me dice Telémaco:
"Papi, te acuerdas cuando te quedaste dormido con las gafas y no soñaste borroso?"
Es una tontería, pero me ha hecho mucha gracia y me ha vuelto a poner de relieve la lógica tan clara y evidente de los niños que por desgracia al madurar vamos perdiendo de forma agria...
Me voy a comprar una gafas de goma para dormir cada noche con ellas y no soñar borroso...
Con todos mis respetos.
Miniurgo.
Telémaco es un prodigio de coherencia. Vaya fenómeno...
ResponderEliminar¡Qué bueno el comentario de Telémaco!
ResponderEliminarAplastante... Qué grande telémaco!!
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