Hay algo de costumbre y familiaridad en oler ese aroma inconfundible a adobo por la calle Tetuán, como levantarte cada mañana, mirarte al espejo y ver que sigues siendo el mismo...
Si hay un sitio al que volvería a tomarme una tapa después de un exilio prolongado, sería éste. Me ha dado de comer esos bocadillos de adobo con mayonesa en semana santa de pequeño, y con tapas del mismo adobo con la misma mayonesa he echado ratos de risa con el Farruco que para mí se quedan...qué grande Blanco Cerrillo...
Desde aquí, firmemente, lo apoyo. Tanta gastronomía francesa y tanta gastronomía mediterránea. Blanco Cerrillo, patrimonio de la Humanidad ya.
Lamento diferir, Plax, pero siendo amante como soy del pescao frito, no puedo con ese penetrante olor a adobo redobado o refermentado. Comprendo que uno es para siempre su infancia, pero...
ResponderEliminarUn abrazo
Afrodita siempre dice que ese lugar es el más pestilente del Globo Terráqueo... yo enfatizo: es un vórtice de la pestilencia... y mira que me encanta el adobo, pero ese olor a Murakami de la Casa del Libro con adobo, o ese pantalón chino del Máximo Dutti con aroma de adobo, es altamente desagradable...
EliminarDesde luego, es un olor que no deja indiferente...yo creo que si Murakami fuera alguna vez a la Casa del Libro a firmar su última novela, se desmayaría, eso seguro...
EliminarQuerido Francisco, entiendo también a quien le salen ronchas con ese olor...pero a mi, ese fermento, me puede...debe ser la versión PoP del adobo...
ResponderEliminarUn abrazo
http://www.facebook.com/pages/Ese-olor-a-adobo-a-mitad-de-la-calle-Tetu%C3%A1n/371228741283?fref=ts
ResponderEliminarMuy bueno, anónimo...tremendo que tiene ya 26.000 "me gusta"...
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