Con el cambio de año, todos nos hacemos buenos propósitos de cambio para el nuevo año, e incluso algunos hacen hasta sus propias listas para tenerlos muy presentes (al menos las primeras semanas del año).
Pero muchas veces cuesta conseguir esos buenos propósitos. Por falta de voluntad, por debilidad mental, por ser inaccesibles...
No sé por qué esta mañana, me he acordado de un truquito que un amigo de juventud de la playa, de aquellos maravillosos 90 en Chipiona (antes de convertirse en una Banlieu con Playa), me dio una vez para conseguir vencer la gran dificultad que suponía olvidar a una novia.
Era un truquito muy sencillo: consistía en imaginársela sentada en el inodoro recién levantada y a punto de defecar, apretando los ojos en pleno esfuerzo y finalmente defecando, acompañado incluso de un pedete.
Era un método brutalmente sencillo, pero que repetido a diario durante unas pocas semanas resultaba tremendamente eficaz en su experiencia. Por suerte nunca he tenido que usarlo, ni vislumbro tenga que usarlo, pero os lo dejo por si alguien se hubiera planteado como buen propósito olvidar a alguien, pueda usar este truquito, para al menos ese buen propósito, conseguirlo.
Con todos mis respetos, a las olvidadas y olvidados,
Miniurgo.
Muy bueno Miniurgo, de momento no me hace falta, pero lo tendré en cuenta, sobre todo se me ocurre a alguno/a de mis amigos que puede servirle. Aunque no sé si esto sirve para las mujeres, que estamos acostumbradas a ver a los hombres, las mujeres, los niños, en cualquier tipo de circunstancia.
ResponderEliminarMi método es más como aquella canción mítica de Rocío Jurado: Se nos rompió el amor de tanto usarlo. Intentarlo, empatía, venga que él es así... hasta que llega un día que digo, yasta, esto es pa ná. Hasta aquí puedo leer. Y entonces se pasa el quinario, unos meses, aunque ya con la clarividencia de que eso es lo que había que hacer, que no deja de ser un quinario, pero lúcido, más llevadero. Fácil no es, pero se puede. Lo mismo de todos los post últimos de este año 2013, quererse y cuidarse, con amor y humor, y hacer hueco para que lleguen las cosas y las personas nuevas. La vida, en definitiva.
Buena reflexión. Las catarsis pasan por razones justificadas. Pasar las fatigas durante un tiempo, a la larga, da hondura a las cosas.
EliminarUn abrazo
Gran consejo vital, querido Miniurgo...me ha recordado otro método ensayado por un amigo de una amiga, que inventó unos "post-it" especiales, que pegados en la frente de los susodichos especímenes a olvidar, en lugar de recordártelos, te los borraba de la memoria...una idea genial...
ResponderEliminarAbrazos