La última vez que hice una comparativa con alusiones arquitectónicas, como la que propone el título de este post, fui acusado (injustamente, en mi opinión) de practicar la demagogia.
Me la vuelvo a jugar, y en esta ocasión, quisiera comparar Los Champiñones del iluminado, e incluso aún alucinado, de Jurgen Mayer con El Monumento a los Mártires de Argel, que tuve la oportunidad de visitar en el año 2003, durante mi primera incursión en Argelia...
En primera aproximación, la pregunta lógica que todos os estaréis haciendo es qué demonios tendrá que ver este monumento a los caídos durante la guerra de la independencia de Argelia, con el champiñonazo alucinógeno del artista Jurgen.
Y es que es cierto que desde un punto de vista estrictamente arquitectónico, esta comparativa carece por completo de sentido.
Jamás me la habría planteado, de no haber subido al paseo-mirador de la cubierta de Las Setas, junto con mis queridos Telémaco, Lucilo, Carliños y Javito, tal y como mi querido y admirado Carliños describe con tanto cariño en su genial post "A Vueltas con las Setas" en su bloc de notas con forma de blog carlinhospolomundoadiante.blogspot.com.
Jamás me lo habría planteado, de no haber sufrido una úlcera oculo-cerebral, al contemplar las maravillosas vistas de nuestra Sevilla Milenaria...
Vistas que me hicieron descojonarme de todos los sevillanitos de castellanos burdeos que al borde del infarto por rupestrismo, proclamaron al celeste sobre el Guadalquivir, su indignación por el atentado que representaba construir el Pompidou Sevillano en pleno centro histórico, rompiendo la "estética" urbanística. Descojonarme porque la "estética" urbanística del entorno de los Champiñones, es como la de esos sevillanitos con sus castellanos burdeos... vista desde la óptica de un Marciano: Patética.
Pero además de descojonarme, me hicieron recordar la vista que había cerca del Monumentos a los Mártires de Argel...
Lo que me hizo descojonarme de nuevo, reflexionando sobre lo cutre que éramos los sevillanos y lo tercermundista, frente a los argelinos: ellos al menos tienen parabólicas y no tristes y anacrónicas antenas yagis...
Querido Jurgen, eres un auténtico artista... de la Arquitectura y Humor... aunque lo que ha costado tu broma, no tenga ni puñetera gracia...
Miniurgo.
Querido Miniurgo, me he descojonado con el post...y hubiera pagado dinero por subir con vosotros a lo alto de las setas, y poder contemplar las maravillosas perspectivas desde ese mirador, que parece pensado para hacer una gymkana, y al que el ayuntaamiento debería prohibir el acceso no sólo por la calor, sino por puros motivos estéticos...cuando un invitado llega a mi casa, lo último que deseo enseñarle son el trastero y los altillos de los armarios, los sitios donde lo olvidado se amontona y la vergüenza se pierde...ciertamente, si las setas dan que pensar desde abajo, vistas desde arriba son definitivamente un auténtico mojón...eso, por supuesto, dicho desde un punto de vista de arquitecto, que es para este caso, un punto de vista excéntrico...al menos el mirador de la torre Pelli quedará por encima de las azoteas con sostenes, combinaciones, "endredones" colgados, sillas desvencijadas y bicicletas oxidadas de Triana...pero sobre todo, desde lo alto, mostrará el tremendo mojón que son las setas...
ResponderEliminarLa verdad es que el paisaje de azoteas de Argel tiene su belleza en lo caótico. Y es que como dice Farruco, a la gente, si le dejas expresarse en libertad, tiene cierto arte.
ResponderEliminarGran post, Miniurgo. Un abrazo.