No, no me refiero al índice este que lleva ya veinte años sin levantar cabeza, presagiando lo que le espera a la Bolsa de Madrid.
Me refiero al Nikkei de la calle Calatrava, un bar peruano-japonés que me habían recomendado, con el que quise homenajear la esperada visita que he recibido de Francia.
Digno de entrar en la guía Joselín: tapas elaboradas y grandes, lo que resulta decisivo para un estómago sin fondo como el mío. Tal vez el ceviche, siendo bueno, sea lo más flojo. Lo que siguió, empleando el calificativo que la guía Joselín otorga a la excelencia, fue de mamazo: espectacular la Pachamanca, pa matarse las Papas rotas, antológico el Roll de causa limeña, de otro planeta el Tiramisú.
Creeréis que exagero en los calificativos, y puede que tengáis razón. Pero en mi descargo a la euforia, diré que si después del homenaje a 11€ por cabeza, entra María de Medeiros a comer, la miro y sonríe, cualquier calificativo que añada a la experiencia Nikkei del sábado se quedará corto.
Abrazos
Plax
Buena recomendación a escasos metros de mi casa. Muchas gracias.
ResponderEliminarEse me lo apunto para probarlo. Ya te daré mi veredicto, bien experto tras n viajes a Perú.
ResponderEliminarQue lo disfrutéis, y luego lo comentemos. Abrazos!
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