He estado dos semanas sin leer el periódico, desconectado de lo que ya no sé si realmente es la "realidad".
En este tiempo, no he sabido ni me ha interesado nada de lo que haya pasado, la verdad. Y la desconexión se ha acabado, no por haber visto ninguna información sobre ningún otro escándalo, sino leyendo la noticia en el periódico del domingo, de que los grupos de investigación en España están buscando financiación haciendo porras y comprando lotería.
Así que he decidido desconectar de verdad de esta "realidad". Pero antes de desconectar, hago una emisión para dejar algo en esta plataforma sobre este asunto.
Cuando la ciencia juega al kiriki, me llega la señal de que ya estamos hablando de otra cosa. De que todas las protestas que dirijamos hacia las instituciones, que si el Rey, que si el duque empalmado, que si el gobierno sobrecogido, que si al presidente del Constitucional que lo han cogido en Marbella empalmado, son para nada...poco a poco, todo me demuestra que aquí no hay crisis. Que el verdadero poder no está en crisis: si así fuera, hace tiempo que hubiera habido una revolución. Y lo que pareció serlo, el 15 de mayo de 2011, fue cuidadosa y convenientemente abortado. Permitidme exponer mi teoría, pero en España no hay crisis desde hace mucho tiempo. La gente lo está pasando mal, la situación de las personas es dramática, paupérrima, triste y lamentable. Pero aquí hubo una transición que ya no escribo con mayúsculas, que se preocupó de mantener el statu quo de quienes han dominado realmente el país en los últimos 60 años. Y esos no han sido elegidos en ninguna urna.
Ese poder no está en crisis; como no lo están las nubes cuando hay tormenta, ni el aire cuando hace frío. Eso pasa y ya está. Si te coge abajo, te jodes. Y aunque soples para arriba, la nube no se va. Y si 5.000.000 de personas soplan hacia arriba, la nube no se va. Si fuéramos 500.000.000, no haríamos mucho más.
A partir de ahora, tomo mi particular medida de protección: abrir el paraguas, compartirlo con quien esté cerca de mi y lo necesite, pero no puedo seguir pensando en alterar el curso de las nubes cuando llueve, ni la temperatura del aire cuando hace frío. No me lleva a nada. No me protege. Me desgasto, me mojo, me quedo agarrotado.
Os espero bajo el paraguas, amigos.
Abrazos
Plax
¡Genial, Plax, marca de la casa!
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Francisco,
ResponderEliminarEl halago, viniendo desde el aplomo, reconforta el doble. Gracias por seguirnos y participar en el blog.
Al escribir explicando el final de mi indignación no podía imaginar que coincidiera con la desaparición de Stepháne Hessel. Cómo son las cosas...
Un abrazo
Plax
Nos vemos bajo el paraguas amigo, muchos sentimos lo mismo que expones en tu post.
ResponderEliminarLa única duda, lo que apesar del cansancio, del hastío, no para de remover mi conciencia...de verdad no podemos hacer nada? Hemos hecho algo? Estaremos nosotros permitiendo que la nube sea más intensa con nuestra desidia?
No imagino mejor compañía para aguantar el chaparrón que la vuestra, un abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQuerido Plax, hay momentos en los q también tengo ganas de tirar la toalla, el cansancio mental hace mella, pasan los días, las semanas y las noticias son cada vez más surrealistas, no ya por su contenido sino por la escasa repercusión social que tienen.
ResponderEliminarAhí tenemos otro síntoma más del tercermundismo de nuestra sociedad, la gente cuando se preocupa de cómo sobrevivir y tirar Pa lante de un día a otro no piensa. De otro lado los que sí piensan son tachados de antisistema, la gente pierde la esperanza de cambio y simplemente abre el paraguas a esperar que escampe. Mientras, los mismos frotándose las manos.
El problema es que no hay nubes, esto es un decorado a lo show de trumman y no va a dejar de llover porque no es agua lo que cae, nos están meando.
No debemos perder el lugar hermenéutico desde el que analizar lo que está pasando. Somos la peana q sustenta a los que están arriba provocando esta situación, si nos meneamos caen.
Ánimo Plax, aunque estos cabrones parezcan impasibles tienen miedo. Miedo de que les desmontemos el negocio y nuestra desidia es su mejor arma.
Por el pequeño Mijail no me puedo permitir abrir el paraguas y esperar q escampe, porque mi paraguas no estará ahí indefinidamente y sería admitir educarlo en la mera supervivencia. Por eso seguiré indignado.
Un beso.
Querido Bisagra, entiendo lo que dices; y seguiré trabajando porque lo que se quede a mi paso sea mejor que lo que me he encontrado. Lo único que manifiesto es mi cansancio y la necesidad de protegerme frente a este vodevil informativo que lo único que hace es restar energía a mis neuronas...creo que invertir energías en maneras de construir lo común, lo que compartimos, es mucho más eficiente que hacer caso a las tonterías del Rey, Cospedal o Bárcenas...no trataré sólo de sobrevivir, aspiraré a algo mejor. Pero desde luego, cada vez estoy más convencido de que lo haré sin tener a esos personajes como contramoldes, ni como referencia a la que oponerme. Seguimos en el mismo lado, Bisagra, sólo que no haré caso a las noticias, porque me distraen...eso sí, el día que pueda contribuir de manera efectiva y real a alejar las nubes, lo haré sin dudarlo un segundo. Besos
EliminarHola Plax,
EliminarEse es uno de los grandes males y objetivos de la sobreinformación, distraer con los detalles estúpidos. Que los árboles no te dejen ver el bosque.
Así que, sin duda, tienes razón. Paso atrás, un poco de distancia y reflexión.
Y luego, si podemos, tomar una decisión y seguir un camino, actuar en consecuencia. Eso es lo difícil.
Plax, desde la fría England, suscribo tu post. Muy bueno.
ResponderEliminarGracias Marcos, y mucha suerte en la fría England, que además de paraguas hace falta el abrigo. Un abrazo fuerte!
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