Queridos amigos,
Acabo de volver del cine, y no podía irme a dormir tranquilo sin recomendaros la obra de arte que acabo de visionar en el Avenida...La gran belleza...
Porque especialmente, en momentos vitales de cambio, películas como esta son capaces de dejar una marca de pensamiento difícil de borrar. Y esa marca activa otras, y éstas otras, hasta formar una red de belleza que sólo con tiempo se puede gestionar...por eso creo que todavía necesito unos cuantos días para pensar...aunque puedo avanzar cuatro cuestiones...
A falta de asimilarla completamente, sí os comento que solamente por el placer estético de ver retratada audiovisualmente una ciudad como Roma, de manera que cada fotograma sea un cartel de película, merece por sí la pena.
Si a eso le añadimos un personaje como el de Jep Gambardella, un escritor convertido en el Berlusconi de los escritores romanos por su afán al bunga-bunga, obtenemos la recompensa del humor y el surrealismo (lo de la "madre Teresa" del final, no tiene nombre...) que tanto agradecemos los PoNis.
Si además el actor Toni Servillo, esa mezcla entre Woody Allen y Martin Scorsese, borda el papel de su vida, es difícil no quedar hipnotizado (para la historia sus entrevistas a la artista de performance y a la escritora comunista...) y querer ser como él para mirarnos en el espejo dentro de 25 años...
Y si por último, la historia cuenta lo que cuenta sobre las huellas del amor, tendremos incluso que sacudirnos alguna lágrima al final...
Todos mis respetos para Paolo Sorrentino, pedazo de monstruo de director responsable de esta maravilla. Chapó, y gracias por tanta belleza...
Abrazos
Plax
Acabo de volver del cine, y no podía irme a dormir tranquilo sin recomendaros la obra de arte que acabo de visionar en el Avenida...La gran belleza...
Porque especialmente, en momentos vitales de cambio, películas como esta son capaces de dejar una marca de pensamiento difícil de borrar. Y esa marca activa otras, y éstas otras, hasta formar una red de belleza que sólo con tiempo se puede gestionar...por eso creo que todavía necesito unos cuantos días para pensar...aunque puedo avanzar cuatro cuestiones...
A falta de asimilarla completamente, sí os comento que solamente por el placer estético de ver retratada audiovisualmente una ciudad como Roma, de manera que cada fotograma sea un cartel de película, merece por sí la pena.
Si a eso le añadimos un personaje como el de Jep Gambardella, un escritor convertido en el Berlusconi de los escritores romanos por su afán al bunga-bunga, obtenemos la recompensa del humor y el surrealismo (lo de la "madre Teresa" del final, no tiene nombre...) que tanto agradecemos los PoNis.
Si además el actor Toni Servillo, esa mezcla entre Woody Allen y Martin Scorsese, borda el papel de su vida, es difícil no quedar hipnotizado (para la historia sus entrevistas a la artista de performance y a la escritora comunista...) y querer ser como él para mirarnos en el espejo dentro de 25 años...
Y si por último, la historia cuenta lo que cuenta sobre las huellas del amor, tendremos incluso que sacudirnos alguna lágrima al final...
Todos mis respetos para Paolo Sorrentino, pedazo de monstruo de director responsable de esta maravilla. Chapó, y gracias por tanta belleza...
Abrazos
Plax
Esta tarde voy a verla. Ay que ver lo que dan de si 2 semanas de vacaciones navideñas, todo el mundo vuelve a casa por navidad, puedes ir al cine con tu amiga a ver una peli de mayores, Spaderman y otros exiliados allende los países de personas humanas mediterráneas están por aquí. Hasta estudiar un poco e ir a una misa cantada en un pueblo de alguna sierra.... Ya te digo que me ha parecido.
ResponderEliminarYa me dirás...yo sigo estremecido.
EliminarDisfruta de tus planes de navidad!
Un abrazo
Uffff, efectivamente da para 4 dias de reflexion y 4 cafes de charla. Si verla es un espectaculo, comentarla luego en la Alameda no tiene desperdicio, cada uno opinando sobre lo q ha entendido. Yo me quedo con la escena del botox pidiendo numero como el la fruteria de abajo de mi casa, espectacular.... Esto es pa comentarlo mas....
ResponderEliminarEsa escena es la cumbre del surrealismo que va creciendo al final de la película, algo insuperable...
EliminarYo me quedaría, sin embargo, con la del colega con la maleta de llaves...ese personaje me ha parecido tremendo...en cada ciudad debería haber uno así, que muy pocos conociéramos. Y a mi me gustaría serlo aquí.
Me alegra que te haya gustado :) ...y que la reflexión siga!
Un abrazo