No es que crea mucho en el más allá. Si creyese, sería más bien en su opuesto, el más acá: a menudo me gusta pensar que quienes se fueron siguen con nosotros, y de vez en cuando nos dejan mensajes, pistas, una pequeña señal.
Andando por el parking, de repente veo la de mi abuelo Juan. Mi cabeza se ha disparado, ha volado al Alosno, treinta y tantos años atrás. A la puerta de la calle la Iglesia, donde aparcaba su R8, siempre a los pies de su ventana. Y mira que hace frío; pues he podido sentir el calorcito que daba su chapa, el rozar con el codo sus puertas, cuando corríamos a la casa porque nos acababan de llamar.
Con un nudo en la garganta, con cariño, se lo dedico a mi sobrino que mañana se va a bautizar. Algún día lo comprenderá. Y a ti, Bisagra: ¡quién pudiera volver hacia atrás, aunque solo fuera un momentito!
Besos
Plax
Querido Plax, has conseguido que vuelva a revivir esos momentos, entrar corriendo sudoroso en la casa y la luz del patio al fondo, el granado, la tele de fondo, el olor del guiso de abuela.... Gracias, eres único.
ResponderEliminarEl recuerdo honra a los que recuerdan y hacen grandes a los recordados. Más aun si ya eran grandes. Nunca olvidemos a los que nos ayudaron a ser lo que somos...
ResponderEliminarEste post te honra querido Plax. Un abrazo fuerte.