Sigue habiendo muchas personas sin empleo, sin vivienda, desahuciadas.
Sigue habiendo políticos que nos mienten, roban, hacen lo que les interesa y no lo que necesitamos.
Sigue habiendo poderes fácticos que nos manipulan, gobiernan, mueven los hilos en la dirección que les interesa.
Demasiados. Más de las que cualquier sociedad con un mínimo de dignidad se podría permitir.
Y sin embargo, qué hemos hecho para cambiarlo en estos trescientos y tantos días?
Nada.
Más allá de alucinarnos con los nuevos políticos, de nueva generación, pero mismo fondo, no hemos hecho nada.
Y es que, la solución que necesitamos es política? administrada por políticos?
A veces dudo, y cuando escucho y leo, reconozco que entro en alucinación y me autoconvenzo del discurso alucinógeno... Pero el día de la entrevista con la Bizca, me desaluciné. Aprovecho para darte las gracias Bizca.
La solución no es política, ni la de los buenos, ni la de los malos. Todos son o serán iguales. Es seguir dando vueltas a la rotonda. Mientras la gente seguirá sin trabajo, sin vivienda... Sin dignidad...
Aunque sí necesitamos esta ventana de oportunidad para echar a los que sí sabemos que son malos... Y a partir de ahí ya veremos. Paso a paso. Pero controlando los pasos y sabiendo que no hay buenos ni malos... Que todos son o serán iguales y que la solución no es política.
Veremos qué acontece en los próximos trescientos sesenta y cinco días. Veremos si se dan los pasos para que algún año, no demasiado tarde, las cosas empiecen a cambiar...
Con todos mis respetos.
Miniurgo.
Esperemos que así sea, Miniurgo. Me ha gustado la comparación con la rotonda...dar vueltas y vueltas para ver si cogemos la salida del círculo vicioso. Entiendo tu planteamiento, acerca de lo apolítico de la solución...estando de acuerdo en lo que te refieres, sin embargo, yo la veo, tan de apolítica que es, absolutamente prioritaria para la política...y materia de política es política.
ResponderEliminarEsperemos que así sea, y este año que empieza, que es año de cambios, cambie completamente las tornas. Ojalá estemos vigilantes para que la degeneración a la que inevitablemente todos, viejos y nuevos políticos, se exponen, no llegue al extremo al que hemos llegado acá.
Abrazos
Plax