Estando el otro día en una reunión de compañeros, alguien sacó una cajetilla de tabaco que tenía impreso el siguiente mensaje:
La gente hizo comentarios al estilo políticamente correcto, lo cual tampoco voy yo a censurar, porque uno también es tela de cursi cuando se pone.
Pero la verdad es que a mí me salió de dentro una cavilación que tampoco quise hacer pública en ese momento, ya que me iba a obligar a dar explicaciones y tampoco el ambiente para mí era de total confianza. Fue ésta: “Ojala, que de lo peor de lo que yo tenga que proteger a mis hijos, sea del humo del tabaco”.
Sé que mi reflexión es facilona, oportunista y demagógica. Pero en una sociedad que está perdiendo valores importantes, en la que prima el individualismo, y en un mundo en el que todavía la hambruna provoca imágenes como las que se han visto en Somalia en estos días y que no quiero reflejar en este blog por respeto a los niños desconocidos que son sus protagonistas, el mensaje de las cajetillas me parece una falta de respeto. Propio de un primer mundo que se mira el ombligo.
A la hija de Belén Esteban le tapan la cara en el “Tomate” o en el “Hola” por respetar los derechos de la infancia, pero ¿los niños famélicos de África que sale en las fotos de los periódicos no merecen ese mismo respeto?
Yo quiero proteger a mis niños de la violencia, la intolerancia, la mala educación, la falta de valores, la falta de interés por aprender, la avaricia, la codicia, la ludopatía o el “mono” de alguna droga que pudiera impregnar sus cerebros. Que respiren un poco de humo de tabaco del que está a su lado me parece menos peligroso.
Bueno, ahí os dejo ésta que fue mi paranoia. Me retiro con mi demagogia a cenar….
La gente hizo comentarios al estilo políticamente correcto, lo cual tampoco voy yo a censurar, porque uno también es tela de cursi cuando se pone.
Pero la verdad es que a mí me salió de dentro una cavilación que tampoco quise hacer pública en ese momento, ya que me iba a obligar a dar explicaciones y tampoco el ambiente para mí era de total confianza. Fue ésta: “Ojala, que de lo peor de lo que yo tenga que proteger a mis hijos, sea del humo del tabaco”.
Sé que mi reflexión es facilona, oportunista y demagógica. Pero en una sociedad que está perdiendo valores importantes, en la que prima el individualismo, y en un mundo en el que todavía la hambruna provoca imágenes como las que se han visto en Somalia en estos días y que no quiero reflejar en este blog por respeto a los niños desconocidos que son sus protagonistas, el mensaje de las cajetillas me parece una falta de respeto. Propio de un primer mundo que se mira el ombligo.
A la hija de Belén Esteban le tapan la cara en el “Tomate” o en el “Hola” por respetar los derechos de la infancia, pero ¿los niños famélicos de África que sale en las fotos de los periódicos no merecen ese mismo respeto?
Yo quiero proteger a mis niños de la violencia, la intolerancia, la mala educación, la falta de valores, la falta de interés por aprender, la avaricia, la codicia, la ludopatía o el “mono” de alguna droga que pudiera impregnar sus cerebros. Que respiren un poco de humo de tabaco del que está a su lado me parece menos peligroso.
Bueno, ahí os dejo ésta que fue mi paranoia. Me retiro con mi demagogia a cenar….
Cuando una entrada me hace reflexionar me siento muy satisfecho. Tú te fuiste a cenar, yo a la cama, pero seguiré meditando lo que has dicho y rubricaré en el espacio oportuno tus afirmaciones de la a a la zeta. Saludos.
ResponderEliminarAbuelo, coincido con el sr. Espada en que tu comentario hace reflexionar...pero creo que no estoy del todo de acuerdo contigo, o mejor que sí lo estoy, pero que no comparto tu visión...creo que en efecto, hay cosas y males mucho peores de los que habría que proteger a los niños...pero eso no quita que se deje de denunciar una situación bastante aberrante como es la exposición al humo...y lo digo como ex fumador del género a veces asocial...
ResponderEliminarEso en lo que se refiere al humo. Ahora bien, creo que en lo relativo a la cuestión de proteger la identidad de unos niños en fotos, el rasero debía de ser el mismo...no he podido evitar pensar en la foto que ganó el premio de del niño con el buitre detrás, que ganó el Pulitzer y que fue motivó una polémica por reflejar una visión indiferente de la sociedad ante situaciones tan dramáticas...
Me retiro también a dormir, pensando en tu post...un abrazo
Plax
Bueno, ya expuse lo que pensaba sobre el humo del tabaco hace meses en un post sobre la ley antitabaco.
ResponderEliminarSigo sin conocer a nadie que haya muerto por el humo del tabaco...
Estoy con el Abuelo, hay cosas peores de lo que proteger a nuestros hijos.
Un fuerte abrazo.