La Olla del Infierno está lista para los PaPos...

Aprovecho una escala técnica en Sevilla, a medio camino entre Estepona y Galicia, para compartir con vosotros otro de mis surrealistas sueños.

No tenía pensado postear hasta pasadas las vacaciones, pero la tortura tebeística a la que estamos siendo sometidos, junto con los espeluznantes acontecimientos nacionales e internacionales que estamos viviendo, me han hecho padecer una nueva pesadilla que no podía dejar de compartir con todos vosotros...


En mi sueño me encontraba en la piscina del apartamento alquilado en Estepona, junto con mis tesoros Telémaco y Lucilo, zambullédonos, jugando a los Detectives Simpson, al Pillapillo de los Payasos... y a todos los juegos que la inagotable imaginación de Telémaco crea sin parar, cuando de repente y no sé porqué, me trasladé hasta el epicentro mismo de La Nada, inmerso en un calor sofocante y asfixiante.

Era una Nada con un áurea cegadora que por instantes abrasaba cada vez más. Traté de enfocar poniendo "ojos de chino", y me di cuenta que estaba en medio de un fuego... Y enfocando aún más me di cuenta que no estaba solo. Me encontraba junto a mi inseparable compañero de pensamientos oníricos, junto al Genio Pelusa, quien me acompañaba vistiendo, esta vez, la mítica elástica culé Meyba...





El calor era asfixiante. Pasar de jugar a los Detectives Simpson en una piscina refrescante a estar en medio de un fuego infinito me había provocado un dolor de cabeza insoportable que me hacía no pensar con normalidad. O con más anormalidad de lo normal.

Estuvimos allí parados sin decirnos nada, sin poder decir nada, en realidad. Soportando el infinito calor durante unas tres horas. Hasta que de repente, cuando estaba a punto de perder el décimo kilo, junto a nosotros se representó una escena sólo descriptible mediante imágenes... de estética Pop...





De manera inesperada, El Pelusa tomó la palabra. Nunca antes lo había hecho en nuestros viajes metafísicos previos. Pero esta vez, de forma súbita, depósito:"Estamos jodidos".

"Por qué, Pelusa?", me atreví a preguntar casi sin voz. "Porque creo que estamos en el Infierno", contestó. "Estoy seguro de que lo es, porque he estado aquí por un instante... varias veces a lo largo de mi vida. No hay duda, estamos en el epicentro del Infierno", concluyó.

"Me cago en la puta", me salió del alma... "No he debido aprovechar La Segunda Oportunidad que me otorgó Zaratustra", pensé para mí mismo. Y en mitad de todos estos lamentos, escuchamos una voz ensordecedora demoniaca que espetó a varios millones de decibelios de potencia:

"RallandoVoy eres un vil manipulador de conciencias humanas... tontas, pero humanas. O me confiesas de una puñetera vez cuáles son tus reformas estructurales o te quemo en la olla para siempre... y suelta de una puta vez el tamboril con cara de Chocolatinas".

"Querido Demonio, lo llevo exponiendo desde hace meses, años me atrevería a decir, si me lo permitieras", dijo RallandoVoy llorando a moco tendido, con su inconfundible media lengua. "Mentira", espetó esa misma voz demoniaca.

Entre tanto, El Pelusa y yo estábamos acongojados, escondidos tras la olla donde se encontraba RallandoVoy, sin poder ver qué pasaba en realidad en la escena tragicómica que se estaba produciendo junto a nosotros... ni siquiera podíamos ver de dónde salía la voz demoniaca.

"Cuéntamelo pantuflo o te quemo en la olla... cuento hasta tres... uno..." volvió a espetar lo que a esas alturas, intuíamos que era el Demonio.

"Querido Demonio, España saldrá adelante, aunque no va a ser fácil, porque las cosas se han hecho rematadamente mal. El Gobierno ha adoptado durante mucho tiempo medidas aisladas que se rectificaron luego con otras medidas diferentes, y en este momento se necesita un plan con reformas estructurales. Mi objetivo capital tiene que ser la creación de empleo. No estamos para protestar, ni para asustarnos, ni para llorar. Tengo confianza en la capacidad de España de lograr una recuperación económica. En ese sentido, abogo por apoyar a los emprendedores y ese va a ser uno de los ejes de mi gobierno. Incluso hablo de la posibilidad de adoptar una ley de apoyo a los emprendedores, porque sin pequeñas y medianas empresas y sin trabajadores autónomos, las cosas van a ser muy difíciles. También menciono la posibilidad de restablecer un Ministerio de Agricultura: Garantizo que el sector primario de la pesca y la agricultura tiene futuro en España", divagó RallandoVoy.

"Pero vamos a ver, anormal... tú te crees que yo soy gilipollas... pero tú te crees que yo soy tan anormal como los que te votan... un puto Ministerio de Agricultura... y un discurso parlanchín que no dice nada... esa estupidez ya la he leído esta mañana en El País... sigo contando mongolo... dos..." grito cada vez más alterado el Demonio.

"Joder... es que PiJR no me ha contado nada más, La Cospe no tiene ni puta idea, fíjate la que ha liado con la Farmacias en Castilla La Mancha y sólo lleva un par de meses gobernando... y es que si yo soy tonto, lo que hay a mi alrededor ni te cuento..." continuó llorando RallandoVoy.

"Te jodes anormal... Tres. Te quemas en la puta olla... Ja, ja, ja, ja , ja..." Gritó histérico el Demonio.

"Y a ZerebroPez por qué no lo quemaaaaasssssss... Aaaaahhhhhhhhhhh...." Concluyó RallandoVoy.

"Porque él es tan anormal como tú, pero la ha cagado cegado por sus convicciones socialdemócratas..." susurró el Demonio.

Tras lo cual se hizo un enorme silencio, sólo alterado por el burbujeo de la olla, equivalente a cuando mi abuela hacía un puchero.
Estuvimos sin decir nada el Pelusa y yo como media hora, tras lo cual alzamos la cabeza y vimos ante nosotros a Rihanna en bañador que nos dijo, con la voz del Demonio: "Ciao bambinos"...

Y de repente me desperté en la cama, zarandeado por Telémaco que me decía: "Papi, papi, los sueños se cumplen?, los sueños se cumplen?"... Le abracé y le susurré al oído: "espero que sí rey, espero que sí"... mientras pensaba a la vez que las tías eran el demonio...

Prosigamos las vacaciones, esta vez por tierras gallegas en compañía de mi querida familia gallega, dejando a un lado esta terrible realidad que nos rodea y rodeará estos meses, para que no nos provoque pesadillas.

Miniurgo.