Llegó la hora de destensar...

Destensar...

Soltar la pinza...

Desenchufar la turbina...

Es lo que de verdad necesito. Llego al útimo día de curro antes de las vacaciones completamente fundido. Han sido meses de jornadas interminables, madrugadas de números, análisis, propuestas, proyectos, eficiencia, productividad, cash-flow, seguimiento operativo... en un año especialmente complicado, aún para empresas extremadamente diversificadas y solventes...

Mañana me reuniré con mis amados Telémaco, Lucilo y Afrodita, para por fin poder centrame en ellos. Tendré que seguir conectado y dedicado a temas prioritarios, pero no más que mis pequeños y mi semi-esfera... No durante estas tres semanas... en las que tengo que ser capaz de decidir que tampoco deberán serlo durante los restantes años de mi vida. En las que tengo que aprender a no tener miedo a priorizar lo que de verdad sé y necesito que sea prioritario: mis pequeños y mi semiésfera... mis tesoros vitales.

Por lo que este verano es clave para que este proceso de destensar me lleve a un proceso de reordenar esquemas mentales. Es básico para mi supervivencia mental... y para mi felicidad y la de mis tesoros.

Buenas vacaciones. Nos vemos a la vuelta ya en Septiembre.

Miniurgo.