Así Carcajeó Zaratustra

Anoche volví a tener un sueño extraño. Hacía tiempo que no soñaba, al menos no de forma surrealista. Pero me ha vuelto a suceder.

Me acosté leyendo un artículo que tenía atrasado del suplemento Negocios de El País del domingo 23. Un artículo de César Molinas en el que hacía de forma muy acertada un Balance Provisional de la Catástrofe.

En él leía:

"... la crisis española tiene entidad y lógica propias- Esto no es óbice para distinguir en ella tres crisis distintas e interrelacionadas. En primer lugar, una crisis económica y financiera no causada, pero sí agravada, por la situación internacional. Todavía no estamos al principio de su final. En segundo lugar, una crisis político-institucional que probablemente obligará a redefinir el régimen político plasmado en la Constitución de 1978. En esto estamos al comienzo del principio. Y en tercer lugar una crisis moral -de valores- que afecta a casi todos los estratos de la sociedad.No son concebibles las otras dos crisis sin esta: comenzó antes que las demás y terminará, si lo hace, después... España tardará mucho en volver a crecer, a menos que haga las reformas necesarias..."

Tras leer el razonamiento completo del artículo me dormí...


Y me vi, de repente, en medio del infinito Polvo Cósmico (que no Carpinto Cósmico), junto a Heisenberg y a Zaratustra...





- "Qué haces aquí, en la mayor de las incertidumbres existenciales, Miniurgo?" me preguntó Heisenberg.
- "No sé", respondí con dudas. "Sólo sé que estaba leyendo un artículo sobre la incierta situación de España, y me debí quedar dormido... es lo último que recuerdo..." apostillé.
- "Pues te encuentras ahora mismo en el origen de la existencia", continuó Heisenberg.

De repente en el Universo infinito envolvente, como si de una infinita pantalla de plasma se tratara, se proyectó, alrededor de nosotros, la siguiente viñeta del genio Forges...





Zaratustra carcajeó, del mismo modo que lo hacía mi padre cuando veíamos juntos las películas del genio Benigni.

- "Hacia dónde crees que se dirige España, Miniurgo?", me preguntó Heisenberg. Zaratustra ya no carcajeaba. Tampoco hablaba. Sólo respiraba.
- "La situación es incierta, Heisenberg. Es difícil de determinar exactamente dónde nos encontramos, y me atrevería a afirmar que incluso desconocemos el punto de destino al que nos debemos dirigir", respondí.
- "Quieres decir que España es un sistema caótico?", preguntó Heisenberg.
- "Yo diría que más que caótico es incierto. el sistema caótico podría terminar siendo determinista, pero en estos momentos la incertidumbre es tal que no sabríamos determinar el posible destino. Es una situación muy complicada", respondí.


La improvisada pantalla de plasma que era el Universo, volvió a proyectar una viñeta de Forges que cubría todo el espacio a nuestro alrededor...





Zaratustra volvió a carcajear como mi padre lo hacía.

- "En este momento, no es que necesitemos un cambio de Gobierno. Yo diría que tampoco necesitaríamos medidas de excepción, ni reformas estructurales. No sería suficiente para resolver la burbuja financiera en la que nos hemos introducido, ni a reviatlizar el decaído sistema político-institucional, ni mucho menos la crisis de valores. Seguir como estamos obviamente tampoco", me atreví a decir, una vez Zaratustra dejó de carcajear.
- "Entonces?", preguntó Heisenberg.
- "He tirado un gapo sobre China", dijo de repente Zaratustra. Ahondando por segundos, en su siempre incompresible discurso y comportamiento. Heisenberg y yo le miramos atónitos.
- "No quiero decir con ello, que no debamos hacer nada. Tampoco que no sea necesario un cambio de rumbo en el Gobierno y por supuesto medidas estructurales. Es obvio que son necesarias. Pero se harían siempre dentro del Contexto Sistémico Nacional actual, el cual está adulterado, es canceroso y no da más posibilidades de vida sana a futuro. Por ello, todo lo que se haga dentro del Contexto Sistémico Nacional actual no va a conducir a ningún sitio. Seguiríamos moviéndonos de forma pendular, desde la bonanza burbujeante a la crisis y viceversa, sin posibilidad de romper el movimiento pendular", continué, obviando a Zaratustra.
- "Entonces?", insistió de nuevo Heisenberg.


De nuevo, se proyectó una nueva viñeta de Forges...





Y de nuevo, Zaratustra carcajeó.

- "No sé, creo que es complejo de expresar, pero creo que lo único que de verdad puede sacar a España de la incertidumbre es una verdadera revolución sistémica", continué.
- "Un 15-M?", preguntó Heisenberg.
- "No exactamente. No creo en el 15-M. Como punto de partida, se requiere suspender la democracia y sustituirla por un Consejo de Gobierno, a propuesta del único Ente neutral que tenemos, la Monarquía. Consejo constituido por expertos no políticos que asuman la administración del País y tracen, desde un Contexto Tecnócrata sin ataduras ni peajes a Poderes Fácticos, un plan que resuelva la crisis financiera, político-institucional y sobre todo de valores. Que todos los ciudadnos realicemos un ejercicio de responsabilidad moral y nos sometamos a las decisiones del Consejo, supongan lo que supongan. Incluso si suponen hacer quebrar al Estado para arrancar de un punto de partida de valor cero, sobre el que crecer sin cáncer. Cualquier otra cosa significaría no ponerle el cascabel al Gato y arruinar el futuro de nuestros hijos, por simple miedo al cambio, o por creer que las cosas se resuelven solas obviando la trayectoria pendular de nuestra existencia."

Y de repente desperté. Aturdido como siempre. Dispuesto a hacer lo de siempre: ducharme, ir al trabajo, echar mil horas, escuchar la radio, leer las noticias, lamentarme, meditar sobre mi voto el 20-N... Lo de siempre...


Miniurgo.