Si alguien necesitara entender qué es en esencia Sevilla, si alguien necesitara realizar un estudio antropológico sobre los sevillanos, sólo tendría que ir a la catedral de la Sevillanía Pura. Sólo tendría que ir al Groucho un sábado por la noche.
Hacer una valoración sobre la sociedad allí concentrada, después de venir de un concierto tributo a The Doors en el Salamandar podría ser extremadamente radical, porque es como pivotar desde el Polo Norte al Ecuador de la Tierra, en tan sólo quince minutos. Te puedes morir.
Y eso es lo que casi me pasa el pasado sábado, que mi cerebro casi estalla por no poder encajar, con la suficiente rapidez, dos contextos tan antagónicos, en un espacio de tiempo tan reducido como el que se tarda en recorrer la distancia que separa ambos locales.
Pero aún con este riesgo de injusticia, lo voy a hacer.
La Sevillanía Pura es por encima de todo un Quiero y no Puedo. El sevillano quiere ser cool pero queda como un cateto. En todo. Y esto lo resume todo. No hay más. La Tesis sería reducida y sintética.
En como viste: un estilo rancio, heredado de nuestros abuelos, pero encarecido por las marcas que se venden en El Corte Inglés (porque aquí no hay tiendas de moda: porque nadie compra), que ha adquirido denominación de origen porque ya sólo se lleva en Sevilla y Jerez... y es que marquismo no es coolismo. Pero el sevillano no lo entiende.
En la música que escucha: sin inmutarse y sin morirse es capaz de simultanear Siempre Así, Raphael, Alaska, Hombres G,... en la era de David Guetta que por su puesto no sonó ni sonará nunca, ni nada que parezca electrónico...
En como la baila: con una sonrisa antagónica con la tristeza sonora que enmascara un teatrillo tipo bodevil...
En como liga: y es que presencié una escena dantesca, cuando un Sevillano Puro, con el pelo casi tan ralo como el mío, se acerca a dos pibones también de Sevillanía Pura que todo Dios sabe que llevan el cartel de mira, empalotízate, pero ni me toques, y les dice, "necesito que me ayudéis, haced como que ligáis conmigo porque me he hecho una apuesta con mis amigos"... Y las tías, que lo que les mola es que le doren la píldora, entraron al trapo para enseñarle a todo el local que ellas carpintear no carpitean, pero poner los huevotes gordos sí que los ponen... sin comentarios...
En todo se desenvuelve con extremo catetismo. Que visto desde fuera, y comparado con lo vivido en otras ciudades, da pena.
El sábado noche, si no llega a ser por Plax, Tirano, Abuelo, Spaderman, Jose y Juanjo, me hubiera ido de allí en dos minutos.
No sé qué coño hago perdiendo mi vida en esta ciudad de mierda. Quiero demasiado a Afrodita como para plantearle el sacrificio personal y profesional que le supondría emigrar. Pero aquí, me ahogo. Desde siempre.
Miniurgo.
Querido Miniyo,
ResponderEliminarUn dia de estos tu y yo tenemos que hablar un rato.
Un abrazo desde los estates,
Querido Miniurgo, suscribo al 110% las reflexiones que vuelcas en tu post...y te reconozco que de cuando en cuando me asalta el mismo pensamiento que escribes de manera tan clara en el último párrafo...el catetismo de esta ciudad pretenciosa se vuelve cada vez más insoportable...y me resisto a pensar que en otros lugares sea necesariamente mejor porque en todas partes cuecen habas, pero la inflamación de sevillanía que últimamente se ha desatado resulta, a veces, asfixiante...
ResponderEliminarQueridos todos, la Sevilla que vistéis es "asín", haría falta un huracan de aire fresco para que cambiara eso...pero hay muchas Sevillas diferentes dentro de la propia ciudad, la más vistosa y casposa es esa, pero cada uno de nosotros podemos darle un toque diferente...la pregunta es, ¿porque os metistéis en la boca del lobo hijos míos?, ¿No había más bares o que...?
ResponderEliminarUn abrazo.
Eso mismo me pregunté yo, querido D´logsli, y me lo sigo preguntando... aunque tengo mis hipótesis...
ResponderEliminarUn abrazo.
Querido Anónimo de los Estates, nada me gustaría más que dialogar contigo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
La hipótesis única para que recalásemos en ese esperpento es que fue producto de la decisión del Tirano, sumado a nuestro proverbial pomelismo que no nos hizo plantearnos alternativas...con la consecuente crisis nihilista, que creo más que justificada...
ResponderEliminarJaja...yo comparto la asfixia con MiniYo, será por eso que no me canso de viajar por todas partes y que 2 semanas seguidas en Sevilla provocan en mi depresión, apatía y arcadas.
ResponderEliminarLas hipótesis, tengo curiosidad. Tengo curiosidad porque el pobre MiniYo se vió arrastrado por la vorágine sexual que últimamente rodea al grupo y es que las hormonas de algunos tiran más que las de otros.
Y es que me pregunto...qué hubiera sido de la noche si no me hubiera puesto Tirano de verdad para inisistir en mi plan inicial de los Doors (recuerdo al anónimo..al fin y al cabo Jimbo empezó todo en California, Berkeley y SantaMonica).
Algún truhan de nombre P y apellido Lax, quiso anular la única dosis de creatividad de la noche. Un concierto en Sevilla, que no era de Siempre Asi..algo único.
Pues bien, si hubiéramos sucumbido a los planes hormonales, la noche sería así: Hubiéramos llegado al Groucho 2 horas antes (o 3), con lo que nos habriamos largado 2 horas antes de allí y hubiéramos sido arrastrados al siguiente antro, donde ya alguno hubiera dado el Golpe de Estado...
Rockefeller, sitio frecuentado por los nuevos pijos-flautos, ávidos de experiencias. Un sitio inclasificable donde un tío de frac y sombrero de copa, decide si entras o no y donde a altas horas queda ya lo último de lo último. Ahí acabamos...donde otrora estaba el Elefunk, un referente alternativo por decoración y música.
Así que ..."mi decisión"?...no sólo ;-)
Groucho es como el trauma freudiano, siempre volvemos, como Grecia a la crisis, como España al cacerolazo, como Berlusconi a las bellinas...eso e´asin. Volvemos para triunfar y sacudirnos la caspa sevillana donde más caspa hay. A ser casposos, a regodearnos en lo que somos...sevillanos de pro, en la porquera de las vanidades.
Resido a no más de 50 metros de Groucho, en la calle eje Catedral-Arenal. Soy testigo habitual del tránsito de personas que conforman la
ResponderEliminar-dichosa- Sevillanía Pura que merodea Groucho y el resto de bares de la zona.
Desde hace tiempo mi amigo Eugenio tiene armado en la cabeza un post titulado "La suelta de perras y los perros rosas". Este post viene a ahondar de manera metafórica novelada en lo brillantemente expuesto por Miniurgo.
Todavía no me he atrevido a publicarlo. Pero no le auguro mucho más aguante a mi paciencia cuando cada sábado a media tarde me bajo del taxi en la puerta de casa procedente de Madrid o allende los mares y me doy de bruces con la realidad de esta ciudad.
Yo me pregunto una cosa, si ni Miniurgo, Plax, Abuelo, Tirano,... querían estar allí por el ambiente que había, ¿por qué o quién narices acabamos allí? ¿Esperábais un ambiente diferente?
ResponderEliminarNos llevó la sevillanía!!!...yo ya lo he dicho, y sigo diciéndolo, que el principal responsable fue Tirano...pero nadie me secunda...
ResponderEliminarSecundo. Es evidente que nos llevó él. Sólo había que ver cómo bailaba a Raphael, con qué emoción y energía.
ResponderEliminarEl tirano es Bipolar, como CMB-Tirano, y en el fondo de su corazón aún sigue siendo ese pijín de SFP que iba con sus camisas Polo Ralph Lauren metidas por dentro de los vaqueros y flequillito de niño pija...
él es así, para lo bueno y para... ir al Groucho.
Un abrazo.