El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas

Anoche, completé la lectura de El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas...





Y como me sucede tras cada obra del genio Murakami, aún sigo reflexionando sobre ella. Y de todas las que he leído hasta el momento, 1Q84, Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, Sputnik mi amor y ésta, (me he propuesto leer toda su obra antes de morirme), es en mi opinión, la mejor. La más redonda, y la que mejor conecta con mis sentimientos interiores.

No es sencillo invitar a la reflexión introspectiva, sobre los sentimientos de uno mismo encerrados en el corazón (en el Yo), sobre la consciencia e inconsciencia y las alternativas que ambas implican para el Yo... y todo ello, hacerlo como el que no quiere la cosa, en una suerte de trama de ciencia ficción, surreal-realista, con fuerte carga filosófica y psicológica, en un estilo directo y con una velocidad endiablada. Y lo más genial, a través de dos historias paralelas que discurren con absoluta coherencia.

Aunque como todas sus obras, es necesaria leerla como mínimo un par de veces para poder optar a comprenderla parcialmente, porque la mente de este genio es inalcanzable para los mortales como yo.

No soy un gran lector, como ya he comentado en varias ocasiones, pero Murakami, es, con todos mis respetos a los genios que son o fueron, un verdadero genio. Con un interior personal y con una capacidad inventiva que obra a obra me impresiona y me deslumbra. A través de todas sus obras, tiene mucho que aportarle, invitándole a la reflexión introspectiva, a un PoNi que de verdad lo sea.

Os recomiendo por todo ello esta obra, tanto como las anteriores.

Pensaba ocupar el verano con Sputnik mi amor y ésta, pero se me queda sin lectura la última semana de las vacaciones y para ocuparla me lanzo hacia una nueva obra suya: De qué hablo cuando hablo de correr.


Con todos mis respetos.

Miniurgo.