"Las cofradías en América, orígenes, sincretismo y papel desempeñado en el Nuevo Mundo" era el título del trabajo histórico que me dio la llave para participar, con 16 años, en la experiencia más extraordinaria que he podido vivir en mis 36 años de vida...
Tal día como hoy, hace 20 años, arrancaba en Madrid la expedición que durante mes y medio, junto con 500 niños de España, Europa y Latinoamérica nos llevaría a navegar por el Atlántico desde Huelva a Santo Domingo, Archipiélago los Roques, La Guaira-Caracas, Ciudad Guayana, Santarem, Manaos y Belem para regresar a Las Palmas y Cádiz.
Un periplo en el que lo extraordinario no fue sólo descubrir maravillas naturales como los Roques, el Orinoco, el Amazonas, el Rio Negro, el Camino Real de los Españoles o el Propio Océano Atlántico... ni sólo descubrir que la verdadera realidad de este mundo, oculta para un niño acomodado de 16 años, no estaba en la Europa Pujante sino en la Brasil del Cruceiro, o en el Santo Domingo del Motoconcho, o en la Guajira o Pueblo Libre de mis compañeros colombiano y peruano de camarote...
Lo extraordinario fue sobre todo, conocer a personas que marcarían mi vida y me acompañarían desde entonces. Personas como Carliños, El Farruco o Martín de Porres. Tres Grandes. Tres Fenómenos que esta experiencia me permitió conocer y hacer mis amigos. Y que por suerte para mí, aún hoy me siguen aguantando.
Hace 20 años, sin ninguna duda, mi vida cambió para siempre, gracias a un hombre, a Miguel de la Quadra Salcedo, el ideólogo de Aventura 92, el ideólogo de un programa que pretendía hacer un poquito mejor a la juventud de este Mundo, con el objetivo de que esos futuros hombres hicieran un poquito mejor a este Mundo. Aunque de momento no se ha notado mucho.
Miniurgo.
Tremendo viaje que os pegásteis, Miniyo...
ResponderEliminarPero no puedo evitar ver tanta juventud, tanta hormona encerrada durante meses en un barco, y preguntarte: ¿es verdad que la mitad de la carga que llevaba el barco era bromuro???
Porque eso pudo haber sido Sodoma y Gomera...
Un abrazo
La mitad de la carga... Por lo menos...
ResponderEliminarUn abrazo.
Una experiencia sin duda muy enriquecedora, como enriquecedor es conocer de cerca a Martín de Porres.
ResponderEliminarSólo por el título del trabajo, te deberían de haber invitado al viaje.
ResponderEliminarLa verdad es que creo que ahora sería imposible pensar en ese viaje con la juventud actual: una mitad destrozaría el barco mientras el resto lloraría acordándose de mamá.
A Martín y a Carliños los conozco en menor profundidad, pero ¿cuánto del toque que teneis Farruco y tú es consecuencia de ese viaje?
Yo creo que mucho de Miniurgo nació ahí, y está explotando ahora, en su lucha contra el racional SGA por la felicidad, al estilo de la dicotomía Tirano-CMB.
Un abrazo, Miniurgo.