martes, 11 de noviembre de 2014

Ciudad dentro de ciudad

Realmente, me reafirmo. Si bien en otras ciudades me preparé itinerarios concienzudos para ver edificios y visitar exposiciones y comer en sitios, en Tokio rompo la regla. No sé qué es lo que me lo impide, tal vez sea lo inabarcable que es, el hecho de verme saturado de imágenes…mi cerebro disfruta cuando se libera de buscar, y sencillamente, mirando de manera atenta, encuentra.

Andando por la calle, hoy he visto las puertas abiertas de un sitio que parecía un templo. He entrado en el recinto, y así era. Pequeño, delicado, su apariencia contrastaba con la del entorno caótico que es el barrio de Asakusa ya llegando a la estación de Ueno.

Pero lo que me ha dejado con la boca abierta ha sido descubrir, detrás del templo, un pequeño cementerio urbano, de no más de 50 m2 de superficie, rodeado de edificios. Una ciudad de bloques de granito y mármol dentro de la ciudad…



…y dentro, los amarillos, los ocres y los grises, eran casi un paisaje lunar, en el que el marciano, insisto, sigo siendo yo…



Abrazos

Plax

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