Queridos amigos:
Cuando era pequeño, una de mis preguntas más básicas era, qué le pasaba a los niños que cumplían años el día de Reyes, o a los que les coincidía el cumpleaños con su santo...no sabía si para ellos, los regalos se multiplicaban; si había alguna distinción extraña para hacerlos, pongamos, Clicks por el cumpleaños y ropa por reyes; o el Tente por el cumple, y libros por el santo... En fin, preguntas insustanciales que siempre me he planteado dentro de un tema general sobre qué ocurre cuando dos cosas parecidas se ponen juntas, del tipo: si un sol grande estuviera al lado de un sol pequeño; ¿el sol pequeño proyectaría sombra a causa de la luz del grande?...en fin, no os aburro más con mis chorradas, porque realmente tengo hasta aburrir...
El caso es que, cada año, cuando se acercan los Reyes, es fácil acordarse de la gente a la que estas fechas les coincide, o casi, como es el caso del Abuelo. Hoy es el cumpleaños de uno de los miembros de esta plataforma, y corresponde felicitarlo.
Desde hace tiempo hemos tenido la oportunidad de volcar en este espacio nuestras valoraciones acerca de personajes míticos de nuestra generación: desde Mazinger Z a Domingo Borrero, todos hemos tenido referentes desde nuestra infancia, a los que nos sentíamos próximos, con los que nuestra empatía funcionaba de una forma sencilla y directa.
Este es el caso del Abuelo. Siempre recordaré aquel día en La Antilla, al poco de empezar a veranear allí, hace ya, digamos, la friolera de unos 22, 23 o 24 años, en que me encontré al que más tarde sería el Abuelo, saliendo de la sala de videojuegos que estaba al lado del piso que mis padres y mis abuelos alquilaban durante el mes de agosto. Yo iba con mi madre, y al ver a Pablo, le dije: "mamá, ese niño está en mi colegio", a lo que mi madre, con naturalidad aplastante y yal vez previendo que en poco tiempo necesitaría formar pandilla allí en la playa, me dijo: "pues ve para allá a saludarlo, ¿no?"
A quien me conozca ahora le sorprenderá, pero de pequeño tenía una timidez terrible. En ese momento la vencí y fui a saludar a Pablo, que me presentó a sus amigos del bloque, y me dijo que quedásemos en la playa, al día siguiente, enfrente de un sitio por entonces para mí desconocido y de resonancias oscuras como era "El Tejero". Fui allí, y desde entonces, la incorporación del factor "playa" a la cotidianidad "colegio", hizo que Pablo se convirtiese en una constante de las que habla Miniyo...
No era mi intención hacer un panegírico, pero al final me está saliendo, porque temas sobre los que escribir tendríamos de sobra en relación al Abuelo, que es un ser prodigioso: prodigiosa es su memoria, como prodigioso era (y creo que sigue siendo; el que tuvo, retuvo) su dominio del balón. Prodigioso su predicamento entre las chicas del colegio, y prodigiosa su rapidez mental. Prodigiosa su capacidad de cambiar camaleónicamente: de franquista a comunista; de Metallica a Camela; de bético a sevillista.
Pero entre tantos prodigios, que todos aquellos que conocéis a Pablo, seguro que podréis ampliar en la enumeración que acabo de hacer, destaca uno en el que todos coincidiremos, y es su prodigiosa bondad. Por eso, Pablo, te mereces lo mejor, y especialmente el día de tu cumpleaños.
Muchas felicidades Abuelo.
Un abrazo fuerte
Dein
Plax
p.s. Decía de mi afición a pensar en los emparejamientos y coincidencias de cosas extraordinarias...habría otra que incorporar, que es la dualidad Abuelo-Abuela...muchas felicidades a ella también mañana por su cumpleaños...
Tras algunos días de descanso profesional y bloguero, me encuentro con esto. Muchas gracias.
ResponderEliminarPor cierto, Plax, yo también me acuerdo del primer día que te vi en la playa. Los fotogramas que tengo grabados desde entonces son infinitos. El más importante, la primera vez que vimos a la Abuela y a Elena sentadas una noche de un aburrido septiembre frente al Lepemar. Se fijaron en ti, por supuesto, pero de ahí saqué yo mi maravilloso presente.
Un abrazo, y un beso:
Dein Pablo
Jeje, yo también me acuerdo...te acuerdas que me atropellaron mis botas Fila allí en el Lepemar? Fíjate lo que ha dado de sí esa anécdota...
ResponderEliminarUn abazo fuerte
Paneg´´irico....he tenido que buscar lo que era en la Wikipedia. Estos humanistas...
ResponderEliminarPablo se merece las alabanzas propias de quien siempre fue abierto y buena gente con cualquiera que se acercara, sin buscar nada a cambio ni esperarlo.
Muchas horas hablando de Stoichkov con ese chaval que tan bien dibujaba y que llevaba los pelos largos como yo, aunque yo era pija y ´´el llevaba siempre una chaqueta vaquera con parches. Escuchaba Metallica y Led Zeppellin (aunque al año siguiente ya iba por Siempre Asi).
Camaleonico, el Dream Team fue una constante y su exito (incluso no buscado) con las feminas legendario, probablemente por su bondad...la misma bondad por la que nos acercabamos a ver si recog´´iamos alguna migaja.
Tanto que me ayudaste en Dibujo durante COU, dejandome todos los apuntes, pasados a limpio, aprovechandome de ti, incluso copiandote en Selectividad, examen que afrontamos juntos, donde cayeron los unicos diagramas que se me habian traspapelado tras mi libreria.
Dias de gloria en la Antilla, donde el Mecanico (por aquella epoca) y yo no dudabamos en escaparnos de la acalorada Matalascacas para buscar refugio en tu casa y tu familia..auqnue luego nos mandaras a dormir al coche en el p´arking.
Por todo ello, vaya ahi tambien mi panegirico (gracias por darme un palabro nuevo Plax) al gran Abuelo...que sea por muchos años!.
Yo no puedo compartir las buenas experiencias de La Antilla, pero sí alguna que otra. ¡¡ Muchas Felicidades, Abuelo !!
ResponderEliminarAbuelo, eres una persona maravillosa.
ResponderEliminarTe quiero.
Tardías aunque ya te las dí, muchas felicidades! Ya estamos más cerca de hawai 4.0. que se 3.0.
ResponderEliminar