Queridos amigos,
El pasado domingo por la noche, preparaba la vuelta a la normalidad post vacacional, cuando tuve que dejar mis tareas para unirme a mi querida Martuki a ver un documental que estaban poniendo en la 2…y que no me dejó levantarme de mi silla…
Gracias a nuestro buen amigo Flavio, tenemos el link al programa "Comprar, tirar, compar", para que le echéis un vistazo en este fin de semana que empieza, y poder discutir y reflexionar…lo que el documental hace es una revisión histórica de las estrategias que las grandes empresas del siglo XX siguieron (y siguen aplicando) para limitar la vida útil de sus productos, y conseguir así mantener constante el ciclo de producción y demanda, gracias a lo que llaman la obsolescencia programada…
Está claro que esta manera de plantear el business es producto de una época de modernidad, en la que las expectativas del mundo eran básicamente crecer, crecer y crecer…tuvimos que esperar hasta hace cuarenta años, a que Neil Armstrong mandase fotos de la Tierra desde la Luna, para darnos cuenta de que el sitio en que vivimos es limitado, de que lo que hay es lo que hay y nada más, y de que hay que construirse paraguas para protegernos de la lluvia de avaricia que con tanto acierto describió Miniyo en esta plataforma…
Espero que os cunda.
Abrazos
Plax
Querido Plax,
ResponderEliminarNo tengo tiempo ahora para ver el video del programa, pero te invito a darle un vistazo a esta pagina:
http://www.storyofstuff.com/
Un abrazo,
Querido Anónimo, muchas gracias por el enlace, del que he podido ver la “History of Stuff”, a falta de ver las demás…la iniciativa me parece loable, y valoro la reducción del discurso al mínimo didáctico, porque lo potencia al máximo; más aún con la estética Cuttlas…hace pensar…y sobre todo, porque una cuestión como la Obsolescencia Percibida, que se refiere a los ordenadores y a los zapatos, es también aplicable a las ciudades, a la arquitectura…lo cual me reafirma en la necesidad de explotar un nuevo paradigma, especialmente en nuestro país…
ResponderEliminarSeguiré explorando. Un abrazo, Anónimo.