RITMO DE LA NOCHE

Estuve el pasado sábado en una boda, y cuando el DJ puso esta canción pensé que ciertamente merecía un homenaje a través de uno de los post nostálgicos que de vez en cuando se dejan leer por este blog.



A mí desde luego, cada vez que la oigo, una palabra me viene a la cabeza: RÍO, mítica discoteca, en la que nuestro sudor estaba impregnado de hormonas.

Parece que estoy ahora mismo llegando aún de día, porque había diferentes turnos según la edad, con el Plata en la Vespa Delta, girando la curvita desde Plaza de Cuba. Sí, porque antes la calle Betis tenía ese sentido, hacia al Altozano. Nervios a flor de piel esperando encontrar en los grupitos que formaban la cola a la tía que te gustaba. Lo que en mi caso era fácil porque me gustaban casi todas.

También recuerdo (¡qué pena que nadie los escaneara!) los dibujos que “el Lorente” hacía de lo que era su interpretación de aquellas pista de baile a diferentes alturas, y en los que solía ocupar lugar protagonista nuestro querido Miniyo.

Todo eso ya pasó, pero qué alegría que haya quedado como un buen recuerdo, muy por encima de los datos inútiles que éramos obligados a almacenar de lunes a viernes, y que la sabia naturaleza se ha encargado de borrar de nuestro cerebro.