Para gustos casas... ó dos vórtices de una misma calle

Paseaba esta mañana por las calles de Punta Umbría, de la mano de Afrodita, disfrutando como tortolitos de un radiante y caluroso día de Diciembre, cuando frente a nosotros apareció el siguiente vórtice, fruto de las ensoñaciones de un genio popular, mecenas anónimo de la arquitectura del humor...





Ese lateral con columnas corintias, combinado con un entablamiento dórico sobre un arquitrabe kilométrico configurado alrededor una vidriera minúscula engullido por las columnas corintias, que en su conjunto desconjuntado dota de personalidad (la de su creador) al enjendro tipo cortijo-basílica-templo-cripta allí parido con el beneplácito del prostituido arquitecto... me dejó descolocado.

Pero, unos pocos metros después, tuve la suerte de recomponerme, con otro vórtice, esta vez fruto de la arquitectura moderna...





Para un entendido en la materia igual resulta ser tan cateta como la anterior, pero aplicando la derivada segunda de la máxima "para gustos colores", en forma de "para gustos casas", con todos mis respetos al mecenas de la arquitectura del humor, me quedo con el mecenas de la arquitectura moderna, fruto muy probablemente de un arquitecto gafopasto, imitador altivo del genial Siza.

La delegación de Urbanismo de Punta Umbría deberá vigilar de cerca esa calle, porque la tensión a la que la someten ambos vórtices, pueden hacerla saltar en pedazos. Si paseáis alguna vez por ella, os recomiendo hacerlo con casco.


Miniurgo.