Aeropuertos

Quería compartir con vosotros una reflexión.

Acabo de volver de otro tour, de varios países en pocos días. Ya sabéis que viajo bastante por trabajo y paso gran parte de mi tiempo en aeropuertos y aviones.

Hay algo que me gusta en los aeropuertos, en los vuelos, que me reconforta e inquieta al mismo tiempo.

Da igual dónde te encuentres, en Nueva York o en un pueblo perdido de Mozambique,

Da igual la hora del día, las 4 am o las 20 pm

Da igual si es Otoño, Invierno, Primavera, Verano,

Siempre hay 20, 40, 100 personas dispuestas a ir de un punto a otro del planeta:

Por una boda, un funeral, para ver a su familia, para dejar una relación, disfrutar de unas vacaciones, por trabajo, por placer, por enfermedad, por necesidad, por disfrute, solo, en famillia, con nula esperanza, con grandes expectativas.

Todas ellas personas con sus historias personales, sus motivos y sentimientos.

Y esto, de algún modo, siempre me hace pensar lo grande que es la Humanidad, que formamos parte de un colectivo tan diverso y tan enorme, tan singular y dispar. Y al mismo tiempo, lo único y particular de nuestras circunstancias entre tanta inmensidad.

Me hace sentirme sólo e independiente. Pero en el fondo, arropado y parte de algo grande e importante como humano, como una consciencia colectiva global que nos envuelve a todos.

No sé si me he expresado bien, pero quería compartirlo con vosotros.

Nada mejor que esta obra maestra de Brian Eno para acompañar este sentimiento.