Anoche, volví a tener un sueño. Breve porque llegué cansado de un sorprendente, por lo grato, concierto de Amaral, pero intenso sueño.
Sueño, creo que provocado por un comentario reciente de Lara, que combinó mis gratos recuerdos de aquellas clases de Historia de primero de BUP con Don José Perea, El Chivo... de las que guardo un gran recuerdo y que iniciaron mi frustrada vocación por la Historia... con mis gratos recuerdos de la visita durante el Inter-rail, al que considero el mejor museo arqueológico que yo haya visitado, el Museo de Pérgamo en Berlín...
En el sueño, recuerdo que me encontraba en la Babilonia de Nabucodonosor II, siete siglos antes del supuesto nacimiento de Cristo. Recuerdo claramente como me encontraba de pié, en la Avenida de las Procesiones, avanzando lentamente hacia la puerta de Ishtar, junto al propio Nabucodonosor II, rodeado de una muchedumbre...
Me encontraba rodeado de una inmensa belleza que a pesar de ser la cuna de la Civilización, me inundó de un sentimiento de avanzado desarrollo cultural e impactante progreso humano, que traté de asimilar al que Alejandro Magno debió sentir cuando viniendo de occidente se sumergió en Babilonia...
Aunque avanzábamos juntos, Nabucodonosor II no hablaba. Me resultaba un sueño extraño. Nadie hablaba conmigo. Sólo me miraba una y otra vez, señalando con el dedo a su alrededor. Señalando orgulloso su Obra en forma de ciudad-civilización, única en aquel entonces.
Y aunque lentos, llegamos a la Puerta de Ishtar, y tras cruzarla, por fin Nabucodonosor II abrió su boca, para decirme: "Espero que en el futuro, la Civilización me supere... y que el nivel la ciencia, artes, ideas y costumbres de los que vengan después de mí, sea mejor que el que yo he alcanzado...".
Dicho lo cual, desapareció súbitamente, y de repente, en un microsegundo, fui absorbido por un tornado que me centrifugó a miles de kilómetros por hora y que me trajo en un instante de vuelta al siglo XXI después del supuesto nacimiento de Cristo. Pero el tornado, aunque me había trasladado en el tiempo, me había dejado en el mismo punto, en Iraq...
Y me desperté.
Y cuando lo hice, aún confundido por no saber dónde me encontraba, me vino a la mente una genial frase del genial profesor de Física de primero de carrera que tuve en la Academia Zeus, Julio Díaz. Personaje mítico donde los haya. Aquella frase que sin venir a cuento, como todas las que soltaba, encerró una genialidad que tocó el Cielo. La frase en la que parado frente a la pizarra, tras explicar el método de los momentos, preguntó en el año 94: "Y hoy los griegos que coño hacen? qué coño hacen además de mear en el Partenón?...".
Y sentado en mi cama, reflexionando sobre Julio Díaz, sobre Nabucodonosor II, sobre Los Mercados, sobre Merkel, los griegos, el Hamster, la prima de riesgo, la austeridad, los recortes, el paro, Bankia, la Rata, la burbuja de la construcción, la corrupción política, Aznar, la pobreza del Cuarto Mundo... me preguntaba si no viviríamos mejor en la Babilonia de Nabucodonosor II... aunque no tuviéramos Iphone...
Miniurgo.
Simplemente Genial.
ResponderEliminarMiniurgo, realmente eres un crak¡¡¡¡¡ genial tu post, y además hemos tenido una conexión neuronal ahí estupenda, ayer por la noche, cuando decidí cambiarme el nombre en mi perfil me puse primero Isthar, luego decidí que en este momento me iba mejor el nombre del chacra 3, que es en lo que estoy ahora.
ResponderEliminarNo he estado en el museo de Pérgamo, pero es mi primer viaje con mi primer sueldo de profe, me lo he prometido a mi misma. El año pasado, cuando preparaba el tema de Mesopotamia me quede fascinada con esta ciudad, con esta civilización y también pensé cómo se sentirían las gentes de la época cuando entraban en una ciudad como esta, por las puertas de Isthar, luego avanzaban y veían los jardines colgantes, el zigurat... impresionante.
Yo tuve un profesor de historia antigua que estuvo un año entero hablandonos de las maravillas de Ur, Uruk y otras ciudades que él había estado excavando. Nos transmitía un entusiasmo espectacular. Yo aspiro a eso, a transmitirle a los niños mi entusiasmo con estas cosas y, eso sí, en la Babilonia de Nabucodonor seguirían aplicando el código de Hammurabi... a más de uno se lo aplicaba yo ahora, de momento al del Tribunal Supremo, condenado a inhabilitación de por vida y al ostracismo, a la isla de Fernando Poo o a Surinam, a joderse, un sitio donde no haya hoteles de 5 estrellas. Y al hamster, pues lo mismo, has mentido como un bellaco? no has cumplido tu programa? a galeras¡¡¡ a remar hasta que te salgan ampollas, y cuando te salgan y te echen del barco por estar enfermo a buscar curro en el INEM. ¿y si instauramos la Ley del Talión para los cargos públicos?