Según la RAE, timar es engañar a alguien con promesas o esperanzas...
Estos días, tengo la sensación de estar viviendo en un Gran Timo. En un gran engaño gestado por unos timadores. Gestado por gente sin escrúpulos que mueve los hilos de una marioneta anormal con cara de hamster que decía saber lo que había que hacer. Y desde luego lo está haciendo... timarnos.
Aunque he estado unos días fuera de España en Alemania, comprobando lo que es un país que sigue su curso con normalidad, en medio de La Gran Depresión que vivimos, no he estado aislado de los últimos acontencimientos esperpénticos sucedidos en torno a la Banca y la Política en España.
Su plan no nos lo comunicaron en la campaña. Sólo nos dijeron que sabían lo que había que hacer y nos pidieron confianza basados en la esperanza de saber lo que había que hacer para generar tres millones de oportunidades para emprendedores que multiplicaran los puestos de trabajo.
Pero sí nos han dejado claro el plan, en cuanto han conseguido su objetivo de poder. Y es que el plan era muy fácil: ibamos a pagar entre todos las decisiones de todos los mentecatos que nos han gobernado en las últimas décadas desde ayuntamientos hasta comunidades y gobierno central. Íbamos a pagar todos los despilfarros en aeropuertos para ir a pueblos, museos para ver ballenas, puertos para ver competiciones dos días, trenes de alta velocidad para ir al pueblo de al lado, estadios olímpicos para bautismos evangélicos, centros de convenciones en cada pueblo para celebrar congresos sobre la caza de la ardilla... que nunca nadie pidió, y que fueron financiados con la trama corrupta urbanística del ladrillo desarrollada por políticos, banqueros, constructores y asimilados que a su vez les ha financiado su estatus de nuevos ricos. Y es que el plan no era hacerles pagar a ellos sus fechorías, sino a nosotros, por haberlo permitido.
Y sin pedir permiso ni opinión, porque ya lo pidieron en el acto democrático de votar, se pusieron manos a la obra con su gran plan. Sacaron la tijera y desde sus chalets y audis empezaron a tirar de Iphones e Ipads para ejecutar su plan con soberbia, respaldados en su programa electoral votado: saber lo que tenían que hacer. Plan que recortaba los derechos sociales y las inversiones en el futuro.
Las fechorias de sus colegas opositores y de sus compañeros de partido exigían un gran plan consistente en desinvertir en sanidad, educación, investigación, infraestructuras... y facilitar el despido, para que aunque capara de raíz el futuro, permitiera a Merkel estar tranquila y auxiliar las tomas de deuda, engañar a los mercados con una supuesta estabilidad y convencer a los ciudadanos que no hay un duro y con ello de que hay que hacer un esfuerzo, como en su día le pidieron a los griegos y portugueses. Convencer a Merkel como fuera de que sus bancos nos siguieran prestando dinero para no quebrar era el Plan.
Y en medio de esta ejecución planificada, de repente, llega el episodio estelar de la farsa y del Gran Timo. Llega la quiebra y nacionalización de Bankia, de la ex Cajamadrid. De la caja más claramente política popular. De la caja dirigida por afines a los populares y hasta por el político franquicia popular ex-ministro de economía con el Emperador Chocolatinas. Y con ella, la cantidad recortada de educación y sanidad, 10K M€, se deciden destinar a salvar las vergüenzas de la gestión popular. Y con ello nos piden que paguemos nuestros médicos, nuestras recetas, los colegios, universidades... Porque el dinero necesario para ello, debe ir destinado a salvar a Bankia.
Y es que mientras un socialdemócrata, François Hollande, un hombre también con cara de hamster, sin chicha ni limoná que diría mi abuela Isabel, ha sido capaz de acojonar a Merkel a las horas de ser elegido presidente de Francia. a las horas de se relegido como motor de un plan abierto y cristalino para generar crecimiento económico sacrificando lo menos posible los derechos sociales, en contraposición a La Gran Austeridad asfixiante que la Teutona nos ha impuesto a todos, mientras todo esto sucedía, en España, el títere anormal con cara de hamster elegido como guía de nuestros destinos, pocos meses antes, por decir ser conocedor de lo que había que hacer, destina todos nuestros sacrificios en salvarle las vergüenzas a Rato y a Aguirre, mientras pasa a limpio los apuntes de su última reunión con Merkel.
Señores, no se engañen más: hemos sido timados. Los timadores se creen que no lo sabemos, pero lo sabemos: hemos sido timados. Apechuguemos con nuestras decisione libres tomadas frente a una urna de metacrilato.
La solución no está en la calle... La solución está en nuestras decisiones falsamente democrárticas que sostienen a los timadores... de todos los colores políticos...
Miniurgo.
100% contigo, Miniurgo.
ResponderEliminarTimadores y como dice mi querido bisagra, traidores!
ResponderEliminarEl documental se podría titulaR "La Gran Estafa"... Es una vergüenza, y lo peor es que lo hacen en nuestras propias narices. No podemos decir que no lo sepamos, Y a nuestros hijos no les podremos decir que no sabíamos lo que estaban haciendo..
ResponderEliminarTocomocho y trilerismo injustificable.
ResponderEliminarMesita, garbanzo y tapones de coca-cola en calle Sierpes.
Fuera ya.