El triunfo del PoNi

El pasado fin de semana Mucia maior (servidora) y Mucia minor (surmana) cogían el coche y se plantaban en Lisboa para asistir al concierto que Radiohead daba dentro del festival Optimus Alive. Las entradas se compraron allá por febrero, por lo que en muchos momentos dudamos que pudiéramos ir, pero por fortuna  se consiguió.

Tras un viaje traumático, y como sólo teníamos un día, a ninguna de las dos nos apetecía patearnos Lisboa (Mucia maior ya la conoce, Mucia minor dijo que “yo no he venido aquí a pensar”) así que subimos a la piscina del hotel . Al poco de estar allí, montaron una barra, nos pusieron una bebida en la mano, comenzó la música y una chica gritó Fiesta!!!!!..Y eso fue lo que hubo: no puedo contar mucho, sólo recuerdo no haber tenido jamás el vaso vacío, muchos bikinis, hablar en inglés, portugués y español todo mezclado…hasta que mis quemaduras alcanzaron el tercer grado, el dolor se hizo insoportable y en un momento de lucidez rescaté a Mucia minor  saliendo  de esa espiral de perversión donde casi nos ahogamos y perdemos el verdadero objetivo del viaje: El concierto.

Así que en un estado lamentable, quemadas, cansadas y, por supuesto, tarde, llegamos al festival. El concierto lo cogimos por los pelos. Pero me daba igual. No hago crítica porque nunca podré ser objetiva con Radiohead. Durante más de dos horas estuvieron dándolo todo, empleándose a fondo, tocando música digna de otro planeta…y aquí viene mi reflexión.

Tenemos a Thom Yorke sobre el escenario. Se supone que estaba, claro, porque comimos poco pollo de pequeñas y las dos somos tamaño mini. Pero por las pantallas se puede suponer que era el. Un tío feo, canijo, el rarito de la clase, cero carisma,  pero allí estábamos como cincuenta mil tíos pendientes de cada berrido oligofrénico que daba, cada movimiento espasmódico, cada nota que tocaba ……Por eso pensé (entre gritos de dolor cada vez que alguien me rozaba): Anda chaval, que no te has llevado tu collejas, que no te habrás comido poco, que no te has pasado fines de semana en tu casa sin salir…y ahí nos tienes comiendo de tu mano…qué se te pasará por la cabeza cuando subes a un escenario y ves a la gente vibrar con lo que tocas, identificándose con tu música, viendo que no estás sólo con lo que piensas y sientes….qué subidón.

Por eso, PoNis del mundo, no desesperéis porque no estáis solos. Somos mas de los que pensamos aunque nos camuflamos. No somos raros, los raros son ellos. Estad orgullosos de lo que sois, no reneguéis y proclamad con orgullo vuestra naturaleza.

Todo esto para decir: Yo también quiero una camiseta!!!!!! Viva el orgullo PoNi!!!!!!