miércoles, 15 de abril de 2015

La edad de simplificar

Sentado en mi mesa acabo de hacer el paso del Ecuador, el salto a la cuarentena...



Llevaba pensando desde hace tiempo escribir un post largo con motivo de este momento. Pero en la línea con la idea principal que motivaba este deseo, simplifico.

El tiempo es precioso. Como decía Galeano, somos llamas que ardemos durante un instante que no debemos desaprovechar. Por eso, aplico lo que he hablado tantas veces con mi querido Farruco: la regla de simplificar. 

De concentrar mis esfuerzos, todas mis ganas, toda mi existencia, solamente en lo que vale. 

De soltar el lastre de todo aquello que no me aporta nada. 

De no preocuparme de lo que no puedo controlar, y ocuparme con diligencia de todo aquello que está en mi mano.

De pensar en ese "yo del futuro" que de vez en cuando me habla y me tranquiliza diciendo que confíe. De preferir ser inocente. De apoyarme en la verdad.

Así, simplificando, me levanto y me pongo a cenar. Mañana lloverá, pero será un buen día. Pienso en todo lo bueno que tengo: quienes me acompañan desde hace tanto tiempo, y quienes se han incorporado a mi vida en fecha reciente. Me dan ganas de levantarme mañana y de darles las gracias por todo. Así será.

Abrazos a todos. Con cariño añejo, y con todos mis respetos,

Plax

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