miércoles, 11 de marzo de 2015

Birdman, o el cine que hace pensar

Queridos amigos,

El último vuelo me dio la oportunidad de cerrar el viaje visionando una obra de arte descomunal. De nuevo González de Iñárritu, genio entre los genios, la ha vuelto a liar. Tras Babel y 21 gramos, su nueva creación para los anales del universo audiovisual se llama Birdman...



¿Por qué es una obra de arte? Doy varias razones, que podría seguir aumentando sine die, hasta el día del juicio final:

1. Por el argumento, sobre esa voz que todos tenemos siempre hablándonos, que nos exige y tiraniza remitiéndonos a la nostalgia del pasado, introduciendo la fantasía allá donde hace falta, y la tensión (incluida la sexual) cuando la necesitamos más...

2. Por cómo discurre la historia, enlazando momentos dispares con absoluta coherencia, sin dejarnos descansar ni un solo respiro, pero sin agobiar, sino todo lo contrario, picando constantemente nuestra capacidad de asombro y curiosidad...

3. Por el papelazo que aparte de Michael Keaton (que lo hace), hace ese genio universal de la cinematografía PoNi que es Edward Norton...un mito generacional que además, en su papel, va de vacila con fundamento, PuMa que nos deja boquiabiertos a todos los que no dejamos de ser pomelos...

4. Por la diosa recién aparecida en el firmamento universal audiovisual, tras armar el taco con Woody Allen en Magic in the Moonlight, que es Emma Stone. Dios mío. Un pepino sin paliativos, canija de ojos gigantes que vuelve loco al mismísimo Ed Norton, y que no sé hasta dónde puede llegar...vaya 2014 que nos has pegado, Emma...ojalá nos des muchas alegrías más...



...no sé de qué manera recomendárosla, amigos. Os obligaría a verla, igual que deberían ser obligatorias las películas de González de Iñárritu en la enseñanza secundaria...por su capacidad de dar lecciones vitales, y sobre todo, por hacernos pensar.

Dando las gracias a los responsables, y con todos mis respetos,

Plax

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