sábado, 9 de febrero de 2013

La solución está en las ruinas

Yendo por la carretera nacional N-IV camino de Jerez, aparece de repente una indicación a un poblado abandonado de una de las mayores fincas de la provincia de Sevilla: el Torbiscal...


Si hay una cosa que me gusta del trabajo que hago, es pasar un día como el de hoy. Trabajo de campo que le llaman, y en el sentido más literal del término.

Y mientras me lo he estado pateando he pensado en cómo esto que estamos abandonando, el campo, el territorio más cercano, es posible que se encuentre la solución a muchas de las contradicciones a las que hoy día nos encontramos...solución que seguramente, igual que pasamos al lado del Torbiscal sin darnos cuenta, se encuentre esperándonos, y solamente necesitemos bajar la velocidad y prestar un poco de atención para verla...

Buen fin de semana.

2 comentarios:

  1. Así suele ser en general con todo: la vida está ahí, pero solemos pasar con los ojos entornados o mirando sin ver, que todavía es peor.

    Un abrazo

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  2. Totalmente de acuerdo querido Plax, dar marcha atrás en el proceso migratorio campo-ciudad es fundamental para volver a una economía real y ahí creo que se encuentra un gran reto para vosotros los arquitectos: la capacidad de esos pueblos abandonados y sus infraestructuras para acoger los nuevos pobladores.

    Como apuntaba en el post de novalencrujíos "podemos salir de esta", reformular el sistema de producción agrícola actual subvencionada, intensiva, de monocultivos y con fines mercantilistas actual por un sistema en el que prevalezca la simple idea de cuidar la tierra que nos da de comer y hacerla producir con tal fin con criterios sostenibles, debe ser uno de los pilares del nuevo modelo que debemos construir.

    Seguimos pensando...

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