miércoles, 26 de marzo de 2014

Hibridando delicias de runner

Me picaba desde hace un tiempo la curiosidad, de ver en el lateral de los paquetes de las Inés Rosales de toda la vida un anuncio de "otros sabores". ¿Se habían americanizado ya en Castilleja, como pasó en su día con las patatas fritas sabor barbacoa de rancho de Texas, los pistachos con aroma a guacamole de Nuevo Mexico, o el beef jerky con trazas de teriyaki de Honolulu?

Me quedé con la duda, esperando el momento de cruzarme con alguno de estos ejemplares exóticos de tortas de aceite. Esto fue hasta el lunes pasado, que finalmente di con ellas, con las de sabor a naranja. Y he de reconocer que lo de echarle agua de azahar y poner pequeños trozos de la piel de la fruta me sabe a Navidad, como si la torta se hubiera hibridado con el roscón de Reyes: en mi humilde opinión hambrienta de runner, un éxito gustativo sin precedentes...

Quitándome el sombrero ante los genios de la Calle Real 102, con todos mis respetos,

4 comentarios:

  1. Querido Plax,
    Un servidor es tambien fan incondicional de las tortas de Castilleja. En estas tierras de infieles algunos supermercados las venden, no como un sustituto de las galletas del desayuno, sino como algo con lo que acompagnar quesos y otros aperitivos.
    Respecto a los sabores, yo me considero fan incondicional de las tradicionales. Los nuevos sabores no me han llamado demasiado la atencion si bien entre los americanos parecen tener mejor aceptacion que el orginal.
    A ese sabor naranja, agnadele unas con semillas de sesamo y, si no recuerdo mal, otras con sal.
    Un saludo desde los estates

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querido Anónimo, como siempre tu testimonio es revelador. Intuía la proyección exportadora de estos sabores, por ver el especial cuidado del envoltorio de las de naranja, y el hecho de que la denominación sea "Seville oranges", apunta claramente al ámbito anglo. No sabía que se utiliza para acompañar quesos; lo probaré con interés, a ver si los infieles me descubren una nueva dimensión desconocida de nuestra torta.
      Y sí es verdad que la original es insuperable; pero esta de la naranja me ha parecido súper acertada. Las de sésamo y las de sal, sin haberlas probado aún, me tienen un poco perplejo...a ver si no tardo mucho en dar con ellas (aquí creo que es más difícil que en las tierras infieles), y ya las comentaremos in situ, justo después de degustarlas, con la pechera llena de mijitas...
      Un fuerte abrazo
      Plax

      Eliminar
  2. Renovarse o morir, amigo Plax. Salvo el barroco, eso esta en la médula de Sevilla como lo está el Guadalquivir.

    ResponderEliminar
  3. En efecto, querido Francisco, esperemos que la suerte se una con la inteligencia de Castilleja y avancen e innoven, que como dicen, en el cambio está la tradición...
    Un abrazo,
    Plax

    ResponderEliminar