viernes, 6 de febrero de 2015

Mitos globales insuperables de la existencia PoNi, vol.3: Juan Tamariz, o el mago inigualable del violín

Hacía tiempo que le debía un post a este genio. Y fue el otro día que me decidí, andando por la Alameda con mi querido Farruco, cuando vimos este cartel que nos recordaba que seguía vivo, derrochando arte por el mundo, como si el tiempo, igual que con Jordi Hurtado, no pasara por él...


La imagen de Juan Tamariz ha sido para mi, desde que lo vi por primera vez, la reencarnación inclasificable de Woody Allen en un madrileño de Carabanchel, impredecible, genial, histriónico, simpático y cercano, un auténtico maestro de la filosofía de vivir, siempre con la sonrisa en la boca. No olvidaré nunca lo amable que fue cuando a mis 15 años, me lo encontré en Londres, entre los sarcófagos de las momias del Museo Británico, y me hice una foto con él. Fue el primer (y creo que último y por tanto único) personaje famoso con el que me he fotografiado, y aunque no guarde el documento, lo tengo fijado en mi memoria.

No sabría cuántos vídeos poner de Tamariz...y podría verlos todos seguidos para oírlo con esa voz aguda al borde de quebrarse, sus chistes, sus cambios de ritmo, sus 'queos' y sus gritos, un showman sin igual, sin paliativos, que a mi siempre me logró subyugar...



...porque no era que me dejara con la boca abierta, pensando en cómo podía hacer los trucos que hacía. Con Tamariz lo importante, lo verdaderamente importante, lo auténticamente importante, no llegaba hasta el final...cuando terminaba el número, y para certificar su victoria con genuino cachondeo, hacía su famoso violín...chiana-niana-naaaa...



Desde entonces, todos los PoNis, sin excepción, hemos hecho el violín a la hora de llevarnos el gato al agua con algo: cuando hemos metido un gol, al encontrarnos un billete de 20 euros en el bolsillo del abrigo, después de realizar algún que otro acto sexual...a causa de este fenómeno...de este genio. Puto genio. Genio entre los genios. Tamariz, por favor, sigue dándonos por muchos años tu energía y tu sentido del humor. Que falta nos hacen.

Gracias, Tamariz. Con todos mis respetos,

Plax 

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