miércoles, 3 de octubre de 2012

Cuando las pechugas de tu vecina veas caer...

Desde ayer tengo una duda que está colapsando mi actividad cerebral...

Cuando en la redacción de Interviú, deciden poner en portada a Mercedes Milá con sus pechugas al aire... Qué es lo que pretendían?

De verdad hay algún ser humano, masculino o femenino, a menos de doscientos millones de kilómetros del núcleo terrestre, con deseos de ver esa estampa pintoresca de estilo potatónico?

A quién le interesa eso?

Sobre a quién aspira enseñar sus pechugas doradas y pezonacos cobrizos, Mercedes Milá, ni entro, porque de ese bucle sináptico podría no salir y quedarme catatónico de por vida...

Será que desde la lejanía las cosas se ven peor, pero este país, definitivamente, se está yendo a la mierda...


Con todos mis respetos.

Miniurgo.

2 comentarios:

  1. Desde luego que a mí no me interesa, pero al menos en la portada de la revista no habla; lo peor es verla en la tele granhermaneando, aunque lleve escote a la caja.

    ResponderEliminar
  2. Querido Miniurgo: en primer lugar, me descojono con las etiquetas...tras leer tu correo y consultar las imágenes en Google, creo que es fundamental aclarar una cosa. Porque se ve que Mercedes Milá está saltando. Pero la duda es:

    (1) ha saltado hacia abajo?
    (2) ha saltado hacia arriba?

    Porque, con todos mis respetos hacia la señora, que supongo debe andar mosca con el robado, creo que una u otra posibilidad cambian mucho el escenario...la opción (1) sería la convencional: la pobre mujer, al saltar desde su barquito al agua, ha sido captada con las carnes volando, ofreciendo al objetivo, en su trayectoria descendente, ese efecto mágico-visual de pechotes erguidos apuntando al horizonte que imagino debe ser el reclamo que han intuido los de interviú.

    La posibilidad (2) es la que más me inquietaría, si la foto de Mercedes Milá hubiera sido hecha en el momento de saltar ella desde el agua a la cubierta del barco, un metro más arriba. De ser ese el caso, estaríamos hablando no ya de una personalidad mediática de fama nacional, sino de una fuerza viva de la naturaleza y del deporte universal, que bien pudiera haberse traído de Londres la medalla de oro en salto de altura.

    Pero la posibilidad (2) del salto ascendente me inquieta aún más por imaginarme, en un milisegundo y de ser así, esa pechuga en estado de reposo, normal y sin saltar, apuntando al cielo como los pitones de ese toro enamorado de la Luna, capaz de saltarle un ojo al que estuviera en la playa cerca y descuidado. Tranquilamente, de repente, verte ensartado un ojo en un pitón de la Milá...a ver quién vuelve luego al curro después de las vacaciones y cuenta por qué tiene una bola de cristal en el ojo...”nada, que estaba jugando al frisbi y me lo ha saltado Mercedes Milá con un pechote”...

    Mejor paro aquí, que acabo de cenar. No vaya a soñar con Newton midiendo la gravedad no con manzanas, sino con las peras de la Milá...

    ResponderEliminar