Sevilla es cani, vol.2: Yoshua, Borjamari y el trending topic de la babucha y el boatiné

Queridos amigos:

Quiero compartir con vosotros un hábito que ejercito siempre que llego a mi casa. Nada más abrir la puerta, tengo la irresistible necesidad de quitarme los zapatos que traigo de la calle, de desprenderme de la sensación de peso que me oprime los pies. Para conseguir ese objetivo, he adoptado la costumbre de tener mis babuchas aparcadas en mi vestíbulo, esperando todos los días como la primera recompensa que me ofrece lo doméstico. Mis babuchas son la extensión de la alfombra de mi salón, el recuerdo de lo mullido de los cojines de mi sofá, de lo cálido del edredón de mi cama. Ponerme las babuchas significa, por tanto, que entro en un terreno de confianza, descanso y certezas, como es mi casa.

Tal vez por esa asociación personal con lo doméstico, no pude dejar de flipar la primera vez que vi a un representante de la tribu urbana que en esta plataforma llamamos "Sevillanas maneras" andando en babuchas por mi calle...y es que desde hace un tiempo a esta parte, un sector de la población de la ciudad, de sevillanas maneras, ha tomado la costumbre de andar en babuchas por el centro de Sevilla...en los bares taurinos, en las colas de los bancos, en las discotecas cool de esta ciudad, lo que mola es la babucha de terciopelo con el escudo bordado en oro...hasta en las tiendas fashion se reserva un nicho de mercado para esta incomparable prenda: la babucha urbana...
Claro está que mi alucinación fue en aumento ante la proliferación del babucheo, hasta que esta tarde, después de estar de compras con el Tirano, lo he comprendido. La gente de sevillanas maneras va en babuchas por las calles de Sevilla por las mismas razones que yo voy en babuchas por mi casa: igual que la babucha es para mí la confirmación de que estoy en mi sitio, para el sevillano de sevillanas maneras el ir en babuchas es la confirmación última y fehaciente de que Sevilla es su casa, de que el Sanchez Pizjuán es su gimnasio, la Maestranza su patio, la Plaza Nueva su salón, la del Salvador su salita, la calle Sierpes su pasillo, el Laredo su comedor...de que su sevillanía es natural, espontánea, de andar por casa...

Claro está que esta revelación no ha hecho sino confirmarme en la genialidad de Miniyo en su post anterior, al colocar a la insuperable Groundhog Day, o El día de la marmota, como película del Centro de esta ciudad de cine en la que vivo...porque esa visión de la babucha, de la sevillanía doméstica, me recordaba experiencias domésticas anteriores, retransmitidas humorísticamente por la televisión, que generalmente nos han colocado a ojos del resto de nuestro país y del mundo como lo que somos, una ciudad cani, en la que centro y periferia se igualan...
O a ver quién me dice la diferencia entre la Omaíta en bata por Torreblanca, y el Borjamari en babuchas por la calle Adriano...con todos mis respetos a quienes gusten de practicarlas, lanzo mi consejo para este trending topic de rabiosa actualidad sevillana...amigos, para llevarla por la calle: babucha y boatiné, igual de cani es...

Abrazos

Plax