sábado, 19 de febrero de 2011

Anoche fui yo el que tuvo un sueño surrealista...

Queridos amigos:

Debió ser la noticia que leí en El País, que de nuevo me hizo dudar de si me encontraba en Matrix, en Matrix con pastillas, Matrix sin pastillas, o si estaba leyendo El Mundo Today...la noticia daba la primicia de que con el objetivo de paliar la crisis económica y devolver el orgullo a los habitantes de la ciudad de Detroit, se había puesto en marcha una campaña para levantar un monumento en honor al que se considera un personaje clave de la cultura estadounidense del siglo XX, y en concreto de la capital económica del estado de Michigan...pero ese personaje no es Henry Ford el empresario, ni Madonna la cantante, ni Isamu Noguchi el escultor...sino un justiciero, que no es otro que...Robocop...

Debió ser eso, porque después de leerla por la mañana, me quedé todo el día pensando...desde siempre, en la historia de la humanidad, los gobernantes han necesitado disponer de hitos en torno a los cuales poder congregar la identidad de un pueblo, a partir de la admiración hacia un personaje concreto, que en algún momento hiciera algo grande por ellos...en Egipto, los faraones hacían erigir pirámides y templos para conmemorar lo que realmente importaba, que era su tumba...en Roma, los emperadores construyeron foros, cada cual más grande, para encumbrar su figura a lo más alto...en París, Luís XIV procuró dejar estatuas ecuestres por doquier, presidiendo majestuosas places royales...en España, durante la dictadura, el pequeño gran cabrón no tenía reparos en montarse también a caballo en cualquier plaza, calle o rincón que le dejasen libre...

Marcas de arte urbano, en definitiva, que no hacían sino intentar imponer una identificación entre el poder y el pueblo, que por supuesto, siguen estando presentes ahora...imaginaciones de un estado ideal de la sociedad, en el que los conflictos quedan cancelados bajo la protección desinteresada y amable del líder...

Llegados a contextos en los cuales lo que haya que mostrar no sea poderío, sino tan sólo un bálsamo frente a la decadencia, pensaba yo, como en Detroit (que actualmente tiene la mitad de población que hace 50 años, y va en una cuesta abajo imparable desde los 70), que claro, no vas a poner una estatua del alcalde tal, que cerró no sé cuántas escuelas, ni al presidente de la Ford, que se llevó la cadena de montaje a Tayikistán...si quieres hacer un homenaje, recurre a un personaje atormentado, puteado con sadismo, que se crece y renace para repartir ostias y justicia...entonces los Detroiteños se acuerdan del agente Murphy, se acuerdan de Robocop...

Claro, con ese pensamiento me fui a la cama, y me sumergí en un sueño profundo...de repente estaba en mi ciudad, paseando por la Plaza Nueva, donde tras una votación popular por Twitter de todos los habitantes de Sevilla, se había decidido renovar los símbolos...y buscando justicieros y fuentes de inspiración, todos recordaron de manera espontánea y democrática, a Curro Jiménez...el Robin Hood andaluz, el que robaba a los ricos para dárselo a los pobres, al hombre que nos hizo vibrar con sus patillas y su trabuco...y quitaron a ese San Fernando tan aburrido, que lleva ahí encima qué sé yo el tiempo, y pusieron a Curro Jiménez...la gente paseaba alrededor del monumento, dando gracias a que finalmente, el acuerdo entre PP e IU había sido posible...Curro Jiménez era el nuevo símbolo del consenso...proletario que le robaba a los ricos, igualmente amado por quienes le consideraban un representante de la casta española, que resistió a Pepe Botella y echó a los franceses...furor patriótico y lucha de clases, resueltas a través del arte popular...

Pero eso no quedaba ahí...la gente en la plaza sonreía, aplaudía y cantaba por sevillanas, la euforia desatada, las luces de LED de las calles dibujando fantasías multicolores como en el éxtasis visual de Encuentros en la Tercera Fase, esperando el momento cumbre...cuando Zoidote y Torrijote, juntos como Alcalde y Teniente Alcalde del nuevo ayuntamiento del Partido Unido Popular de Izquierdas (PUPI), cogidos de la mano, encendían en el crepúsculo los proyectores para llamar, estilo Batman, a la Duquesa de Alba, elegida, también de manera democrática por Facebook, como defensora perenne de nuestra mariana y cayetana ciudad...la Duquesa no podía contener las lágrimas, mirando su holograma desde la azotea del palacio de Dueñas, con su mantilla ondeando al viento, pensando que por fin, como predijo un día Fernando Arrabal, el mineralismo acababa de llegar...

Entonces me he caído de la cama y me he comido un almax.

Abrazos

Plax

5 comentarios:

  1. ¡Paul Verhoeven, alcalde!
    Un tío que ha hecho Robocop e Instinto Básico se merece todas las alabanzas.
    Estaría gracioso que nos gobernara el PUPI...
    ¡Enhorabuena Plax por el pedazo de collage que te has marcado!

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  2. Plax... enhorabuena.
    Has contribuido de nuevo al análisis critico de la ciudad en la que vivimos, superando incluso a quienes considero los dos grandes profetas de nuestro tiempo en dicha disciplina: Bollaín y Pony Bravo. Mi más sincera enhorabuena.

    PD:
    Deberías proponer una asigantura de libre configuración a través de la Universidad que se llamara:
    "Una aproximación a Hispalilogía comparada. Estudio de casos."
    Te vaticino un exito absoluto.

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  3. Illo Plax, casi insuperable. Absolutamente impresionante tanto el relato del sueño como el collage.

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  4. Sevilla es una puta mierda.

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