jueves, 1 de julio de 2010

Paracacas

En Octubre del año 2002, tomaba tierra en el aeropuerto Silvio Pettirossi de Asunción. Tras un largo viaje con escala en el aeropuerto de Guarulhos en San Pablo, regresaba a Latinoamérica, once años después y en un contexto radicalmente diferente al de mi primera e inovidable experiencia aventurera latinoamericana.

Sería el primero de tres viajes, en un periodo de dos años, a Paraguay. Estos viajes me sirvieron para conocer mejor la realidad de un país que hasta entonces sólo asociaba a Romerito, el incomprensible fichaje fantasma barcelonista realizado a mitad de la temporada 89 por Cruyff, a modo de golpe de efecto justo antes del Clásico con el Madrid...





Y sobre todo, asociaba al famoso chiste de Tip y Coll...





Y al que nunca habría ido si ni hubiera sido por trabajo, y al que espero no volver nunca si no es por trabajo.

Y es que en Paraguay no hay nada. Nada de nada. Y al Paraguayo de clase alta parece que tampoco le preocupa mucho que su avaricia y desgana haya provocado que Paraguay, más que Paraguay parezca Paracacas. Un ejemplo más que corrobora la teoría de La Mano del Hombre.

Asunción es una ciudad tranquila y segura, pero desestructurada urbanísticamente, tremendamente descuidada, con grandes contrastes sociales, tremendamente aburrida... y absolutamente inhabitable. En la que aparentemente, lo único que llama poderosamente la atención, además de sus rascacielos plantados a la virulé, es...





En Asunción, para encontrar algo interesante, además de a Larissa Riquelme, hay que irse a más de 320Kms, salir del país, por el caótico puente de la Amistad en Ciudad del Este y entrar en Brasil. Donde se encuentra la mayor belleza natural que jamás haya podido contemplar con mis propios ojos. La belleza en la que se ambienta la inolvidable y eterna obra de arte de Roland Joffé, La Misión ...





Las Cataratas de Iguaçu son, para mi gusto, la mayor obra de arte natural del Dios Entrópico. Y lo mejor de Paraguay, que no está en Paraguay. Para contemplarlas tuve que reccorrer, junto a mi querido Julito, Paraguay de oeste a este, los más de 320 Kms que seperan Asunción de Foz de Iguaçu en Brasil, en un Hyundai Atos (el de las ruedas de vespino) por una carretera comarcal proclamada autopista. Esta aventurilla, es lo único que mereció la pena de los viajes a Asunción, pero demuestra que en Asunción y en Paraguay, como decía, no hay nada de nada.

Y es que es cierto que la mano avariciosa del Hombre ha logrado que entre Leshoto y Paraguay no haya mucha diferencia...





Por todo ello, aunque el fútbol es fútbol, no ganar el sábado a Paraguay provocaría en mi microuniverso doctrinal, sinapsis asintóticas que me llevarían a asociar a España con Leshoto, a lo que si le sumamos mi exceptisismo macional por su actual situación socio-política-económica, supondría una catástrofe emocional de impacto bioplutónico...

No podemos perder contra Paracacas... con todos mis respetos a los paraguayos, porque de perder, se crearía un agujero neuronal en mi cerebro de consecuencias catastróficas para mi salud mental...

El Miniyo del Demiurgo.

3 comentarios:

  1. Pues la Larissa promete más que ofrece. En bolas se le ve muy artificial. Graciosa la portada de la revista en la que sale al lado de una foto de la Merkel. Contraste total.
    Y el pie de foto dice: "Aquí ya toqué techo". Casi leo "Aquí ya toqué...(rabo)"

    Por cierto, un respeto al Hyundai Atos. Mi mejor compra en años.

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  2. Querido Miniyo, sin conocer Paraguay, sí coincido contigo en apreciar las cataratas de Iguazú como la mayor maravilla natural que yo haya visto nunca...desde el lado sur, en la Garganta del Diablo, viví uno de mis momentos más intensos de, como tú llamas, intercomunicación mística con la entropía del Universo...se me han puesto los pelos de punta solo de recordarlo...

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  3. MiniYo, tus posts son tan completos que no dejas mucho lugar al comentario.

    Solo tu linkas a Romerito, Paracacas, Larissa y la Mision en el mismo post...gran collage mediático, con transiciones elegantes entre cada una.

    Inspirador

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