miércoles, 14 de julio de 2010

La Santísima Trinidad de la Empresa

Confieso que tengo una profunda obsesión por el Dogma de la Santísima Trinidad. Obsesión en el sentido de conflicto intelectual profundo. Ya lo he anticipado en posts anteriores en Con todos mis respetos.

El Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios, y sin embargo no hay tres Dioses, sino un solo Dios.





Mi determinación por intentar ser racional, en la medida en la que mi sentido común o poco común me lo permita, y por intentar ser una Constante que humildemente contribuya a desarrollar Planeta Razón, aunque sea en un rincón de mi cerebro, me ha llevado a años de no poder comprender el Dogma de la Santísima Trinidad. Al menos, no desde un enfoque Teológico, es decir, desde un enfoque irracional, con todos mis respetos a la Teología y a todas las religiones que en ella dicen fundamentarse.


Esta obsesión me ha consumido mentalmente, ha agotado el ancho de banda de mi flujo sináptico cerebral, y me ha llevado a años de intentos fallidos de racionalizarlo. Mi mujer se quejaba porque no la escuchaba, pero no es que no quisiera, es que no podía... estaba todo el día pensando en el Dogma de la Santísima Trinidad, aturdido, monotareótizado, absorto... Pero de repente, no sé muy bien cómo ni por qué, me lo he llevado al terreno de la Dirección Estratégica, y lo he comprendido.

Y lo he comprendido, cuando de repente en algún lugar del interior de mi cabeza, gracias a algunas neuronas despitadas, pensando en lo que es la Empresa, he visualizado lo siguiente:





La Empresa no es sólo su Estrategia, no es sólo sus Procesos, no es sólo su Estructura Organizativa. La Empresa es Estrategia, Procesos y Estructura Organizativa, los cuales existen simultáneamente y deben ser desarrollados de forma coherente entre sí. La Empresa es Tres en Una.

Y una vez comprendido, sigo sin ver lo que le aporta a la Religión, pero sí lo mucho que le aporta a la Dirección estratégica. Y lo mucho que le aporta el Dogma de la Santísima Trinidad a la Dirección Estratégica es que su comprensión, actúa como antídoto del OWA.

Este Dogma, que ahora más que un Misterio, me parece una obviedad de perogrullo, es sin embargo la principal causa de falta de competitividad, destrucción de valor, improductividad e ineficiencia en muchas empresas.

Y es que cuántas empresas conocemos que no definen estrategias, o sus procesos son incoherentes con ésta, y por tanto no permiten ejecutarla, o piensan sólo que con las personas se consigue todo, pero las capacidades de éstas no permiten ejecutar los procesos, ni por ende la estrategia... y se van poco a poco al garete... porque el Dogma de lan Santísima Trinidad sigue siendo un Misterio para sus ejecutivos... que no líderes.

Esta es mi Teoría, en versión titulares (sin desarrollar), sobre La Santísima Trinidad de la Empresa, que humildemente comparto con vosotros.

El Miniyo del Demiurgo.

3 comentarios:

  1. Tras casi dos días de reflexión, querido Miniyo, yo no he entendido qué nos has querido contar.

    Vamos que a mí me parece más difícil entender el segundo gráfico que el primero.

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  2. Abuelo, la verdad es que, así en frío, es como una metralleta de granizada en el cogote...

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