OWA

He de reconocer, que formo parte de esa nutrida tribu de pomelos, con todos mis respetos para todos los que la integramos, que un buen (o aciago) día decidimos invertir la mayor parte de nuestros trabajados y sufridos ahorros, en estudiar un E-MBA, en una de las escuelas de negocio de nuestro país (y los más osados o pudientes incluso de allende nuestras fronteras).

Le dimos mil vueltas a la idea, y empleamos diferentes criterios para la toma de decisión: no era una inversión menor. Prestigio, ideario, coste, programa, claustro, proximidad al ámbito empresarial en el que vivimos, flexibilidad para compatibilizar con el trabajo... incluso los más atrevidos usaron el mareante y confuso criterio del ranking (como en sus inversiones en Bolsa)...

E invertimos, junto con nuestros trabajados y sufridos ahorros, un largo periodo de nuestra ocupada vida, dieciocho meses en mi caso, en analizar caso tras caso, situaciones de negocio, teorías económicas y empresariales, experiencias personales, posibles alternativas y decisiones... hasta el agotamiento mental y físico.

Y cuando logramos concluirlo con éxito, tras un asfixiante y largo periodo en el que no se estudia la construcción de cohetes espaciales, ni siquiera las complejas teorías de Teleco, pero la Escuela se esfuerza en que lo parezca para que tu inversión te resulte, ficticiamente, más rentable... sufres un complejo e inesperado proceso.

Proceso, en el que lo primero que experimentas es una narcisista, pero a la larga frustrante, sensación de hablar raro. Hablas raro porque empiezas, sin darte cuenta, a usar expresiones forzadas que en tus oídos te resultan súper elevadas e inteligentes (apalancamiento, sostenibilidad, posición competitiva, diferenciación estratégica...) pero que te aleja de los demás porque no te entienden y porque en los oídos de los demás suenan a pedantería y a libro, despertando el típico sentimiento de rechazo basado en "ya está aquí el del máster, becario de gurú, que no se entera de ná".

Lo segundo que experimentas es un duro proceso de confesión mental en el que te auto reconoces que todo lo que has supuestamente aprendido, está en libros, mucho mejor explicado y que comprarlos todos habría costado infinitamente menos que tu inversión en el E-MBA. Y progresivamente, esta primera confesión te lleva a una segunda en la que te vuelves a auto reconocer que lo que realmente te has llevado es una forma mental de pensar y estructurar la toma de decisiones, basada en como analizar los problemas, en cómo aplicar criterios y en cómo definir y aplicar las soluciones, lo cual es tan intangible que si no lo interiorizas rápidamente, la pierdes para siempre, llevando toda tu inversión a una TIR paupérrima.

Lo tercero que experimentas es que a medida que vas desarrollando experiencia directiva frente al Negocio, empiezas a ver cada día más claro que las teorías de Porter, Drucker, Kaplan, Boston Consulting Group, y de los cientos de Gurús que existen en el Mundo... son una concatenación de obviedades de laboratorio (por mucho que las hayan justificado como derivadas de la observación y análisis de miles y miles de casos reales), tan comodities intelectualmente en el contexto competitivo actual, como los productos y supuestas soluciones que venden la mayor parte de nuestras empresas, que no te sirven para resolver ninguna situación real de Negocio, y que aplicadas, tal cual, te llevarían a la quiebra.

Y lo cuarto que experimentas, no sin frustración y desasosiego, es que te das cuenta que lo que realmente mueve las decisiones empresariales, en todos los ámbitos, en todos los niveles, y en todas las geografías, es un método que por desgracia no te enseñan en estos E-MBA, y es el método OWA: Old Woman Account. Por doquier ves constantemente aplicado este método OWA que tú no sabes cómo aplicar porque tu esquema mental generado en el E-MBA no está preparado para comprenderlo, generándote frustración y desesperanza.

Es un duro proceso que si no superas, te puede llevar al colapso cerebral, con riesgo de acabar como Nicholson en "Alguien Voló sobre el Nido del Cuco". Pero que si lo experimentas completo (hay quien se queda toda la vida perdido en la primera fase del proceso) una vez superado, te hace más humano, menos gurú, y más fuerte y preparado para aterrizar a la realidad empresarial, a poner en contexto lo que lees en los libros, y a atreverte poco a poco a aplicar tus propios modelos, no necesariamente perfectos, no necesariamente editables en libros, pero sí antídotos del OWA, con tu sello y tu marca, para la realidad que te envuelve.

Punto al que podríamos haber llegado con o sin E-MBA.

El Miniyo del Demiurgo.