jueves, 27 de septiembre de 2012

De culo por un euro

Aún no me lo creo.


Cuando he preguntado el precio del café, la respuesta de la camarera me ha traído un recuerdo de tiempo lejano, desacostumbrado, perdido en los inicios de este siglo...cuando me ha dicho que costaba un euro, no me lo he podido creer. He sentido un escalofrío. He estado incluso a punto de preguntarle que me lo repitiera por favor. De pedirle hasta que me cobrara 1,20 como llevo pagando ya desde hace años.

La debacle que se está gestando para que el pressing de la Troika haya obligado a los bares a volver a cobrar a un euro el café. La alegría íntima por poder salir a la reunión que tenía a continuación, sin la compañía del sonido de la calderilla de los 70, 80 o 90 céntimos a la que estaba acostumbrado, se ha quedado en nada, diluida como un azucarillo en el más profundo estupor...amigos, ésta ha sido para mi la señal de que vamos de culo...y sólo por un euro...

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