sábado, 27 de abril de 2013

Historias pretéritas del SFP: El Latino

Después de dedicar un post a los míticos genios Profesor Pechola y Profesor Liencres, en la categoría de Personajes Míticos, por ser dos personas que marcaron decididamente parte de mi esquema intelectual, quería divagar en este post sobre un personaje, también del micro-Universo SFP que encajaría en la categoría de Ser Grotesco que se creía Guay siendo un Capullo Integral. Ese ser es El Latino.

En el sistema educativo español, en el que hacemos que los jóvenes dediquen horas ingentes de su vida a estudiar absurdeces como el Latín, algunos no sólo hemos tenido que soportar la pérdida de tiempo, sino también y sobre todo, al capullo que nos lo hacía perder.

Culturalmente es muy interesante leer latín, pero desde el punto de vista de utilidad, salvo para leer carteles en monumentos, no he usado el Latín para nada más en mi vida, ni ha permitido que entienda mejor la etimología de la lengua que hablo, ni mucho menos ha contribuido a ninguna faceta de mi desarrollo personal ni profesional posterior.

Quizá este modelo educativo sea parte de las causas que provocan los seis millones de desempleados de nuestra tristona Nación, porque ni hay quien emplee, ni quien se autoemplee, ni iniciativa emprendedora de ningún tipo... Porque mientras nos dedicamos a estudiar Latín en el colegio, dejamos de aprender lenguaje lógico de programación, o pensamiento contable básico, o a visitar empresas e incluso hacer prácticas elementales, o a desarrollar el germen de la iniciativa emprendedora... que desarrolle esquemas mentales diferentes desde la propia adolescencia... tiempo y oportunidades robadas por el Latín.

Pero por no perderme en mi divagación... Si ya es surrealista aprender una lengua para poder leer carteles en monumentos, más surrealista es que el que te lo enseña lo aderece con insultos, descalificaciones vejaciones a los capullines que lo tienen que estudiar.

Que conste que nunca me insultó, y que aprobé con sobresaliente, sin necesidad de examen final, por lo que no es rencor alguno el que mueve esta divagación. Era una asignatura sencilla y cómoda.

Pero estar en la clase escuchando esa voz finolis con aromas de superioridad, aleccionando desde la chulería de tipo putezco y machacando a unos capullines por el simple hecho der ser el Ser con Poder entre esas cuatro paredes, aún hoy me trae recuerdos vomitivos.

Todavía me acuerdo del pobre Leopoldo a quien a sabiendas bautizó todo el año como Leo o Leonardo, como si fuera su colega de copas... O como puteaba a la gente cuando se equivocaba como si no estuviera en el aula para aprender y aprender también es errar...

Que pena de capullo. Si querías ser recordado como un guay, te has equivicado. Si querías ser recordado como un capullo, lo has conseguido.


Con todos mis respetos.

Miniurgo.

1 comentario:

  1. Querido Miniurgo, me parto con la categoría "Ser Grotesco que se creía Guay siendo un Capullo Integral"...SGQSCGSCI...antológico...hasta las siglas parecen escritas en latín...
    Sin embargo, yo no tengo tan mal recuerdo de este personaje...para mí, pasó sin fu, ni fa. Intentaré hacer memoria introspectiva...
    Un abrazo

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