sábado, 26 de abril de 2014

La aduana cerebral

Queridos amigos,

No sé si es una impresión mía sobre el espíritu de esta época, o sea algo que ha existido desde siempre ya. Pero desde hace tiempo me llama la atención cómo a medida que estamos teóricamente más informados, con noticias que nos llegan de todo el mundo, en cualquier idioma, ilustradas con todo tipo de imágenes, las palabras se alejan progresivamente de la realidad.

Porque a los ya míticos "hilillos de plastilina" cuando quería decir desastre natural, "desaceleración económica" cuando quería decir crisis del copón, y "finiquitos diferidos" cuando quería decir compra de silencio por los servicios prestados, que hemos escuchado en los últimos tiempos en nuestro país, resuenan palabras parecidas que llegan a propósito de Ucrania...

Porque si no, que me digan qué significan "graves sanciones económicas a Rusia", cuando sencillamente les han congelado las cuentas corrientes a 20 rusos que seguramente sigan descojonados en algún chalecito de la Costa del Sol; "fuerzas prorrusas sin identificación", cuando en realidad quieren decir el Ejército ruso sin más, o "maniobras militares rusas a 1 km de la frontera de Ucrania", cuando en realidad lo que están preparando es a 40.000 notas para una invasión, y ya está...



No sé; no estoy escribiendo para valorar en concreto esta "crisis" en el Este que seguramente sea ya de facto una guerra de verdad. Lo hago para contarme a mí mismo en voz alta esto que me da vueltas a la cabeza desde hace una temporada: que jugando con las palabras, el poder que las manipula hace de ellas maletas de doble fondo, en las que nos cuelan lo que les da la gana, a través de nuestra cada vez más débil, nihilista y pomela aduana cerebral.

Y así nos va.

Con todos mis respetos,

Plax

2 comentarios:

  1. Vivimos la etapa de los edulcorantes, los descafeinados... las mentiras disfrazadas de eufemismos.

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  2. ...y lo políticamente correcto, que no deja de ser el fair play de los partidos que se juegan en el poder, de los que nunca nos enteramos ni de las alineaciones, ni del resultado...
    Un abrazo,
    Plax

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