viernes, 22 de agosto de 2014

El Condado de Tarifa

Unos días antes de llegar a Tarifa, leí la tragicómica novela del "Asesino de la Regañá", la cual es sin duda, un retrato de la sevillanía más auténtica a la vez que repulsiva, y que viene a ridiculizar todo aquello que muchos sevillanos detestamos, no dejándonos de sentir por ello, profundamente sevillanos.

Con las sonrisas aún en la cara, llegué a Tarifa y como cada vez que vengo, llego a la conclusión que la sevillanía no es más que la punta del iceberg de algo más cañí como es el Andalucismo más profundo, el cual va más allá de las fronteras de la Ciudad Universal y que se extienden hasta el Guadiana, Sierra Morena y el Levante, de forma más o menos homogénea.

Y llego a esa conclusión por contraposición con lo que es Tarifa, que viene a ser como lo que el Condado de Treviño es a Álava, pero dentro del Andalucismo profundo.

Porque aquí la gente no baila por palmas, ni va a bares de flamenquito, ni toma gin tonics con mariconadas de los cojones, ni hay chiringuitos de fritanga a pié de playa, ni boyas para hidropedales a mitad de la playa, y las tías van en topless y nadie las mira, y hasta hay una tienda de Helly Hansen... Porque aquí cuando respiras coges oxígeno, y no la mierda de aire enrarecido que hay fuera del Condado...

Y es que, con todos mis respetos, el Andalucismo profundo es una puta mierda, con todos mis respetos a los onubenses, sevillanos, gaditanos, cordobeses, jienenses, granadinos, malagueños y almerienses. A ver si espabilamos de una vez.


Miniurgo.

7 comentarios:

  1. Amén.

    También hay que decir que la influencia de ese pueblo es que hace 50 años, sólo iban a hacer esa cosa llamada wind-surf los franceses, holandeses, suecos, noruegos y otros hippies que eran capaces de descubrir ahí un paraíso de viento y podían vivir de ello montando una tiendecita de velas, un chiringuito o cualquier otra cosa ad-hoc.

    Pero la verdadera virtud es que en ese pueblo, los propios lugareños, se han dejado influir y mezclar esa internacionalidad para crear un atmósfera social abierta que alberga tanto la tradición, como la apertura mental.

    Alli no ha existido la endogamia. Allí lo que venía de fuera no era "lo malo" y al final te puedes encontrar de todo sin que haya perdido un ápice de autenticidad entre tanta modernidad.

    Una rara excepción...cuando se piensa que se tiene lo mejor, la mejor ciudad del mundo, sin mirar hacia fuera y sólo a tu ombligo...al final nadie te mirará.


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  2. Joder, pues quizás debería yo conocer Tarifa, porque, supongo que debido a mis prejuicios, no la tengo yo en mucha estima que digamos.
    Siempre me ha parecido un lugar desordenado, caótico y habitado por perroflautas con Iphone, más clasistas que un sevillanito de pro. Con todos mis respetos y mi profundo desconocimiento.

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    1. Y en realidad es así... Pero ver una puesta de sol tumbado en una hamaca, tomándote un mohito, y escuchando música electrónica... Se puede hacer en muy pocos sitios desde el Guadiana hasta Almería... Tienes que sentirlo para superponerlo al caos urbano que es real (el pueblo es feo y desestructurado de cojones), y al perroflautismo y hipies de mil duros...

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    2. abuelo, es que ahí convive el perroflauta apple con el lugareño de la tasca y el hippy que solo navega-se alimenta-fornica-duerme (no siempre en este orden).

      Todos conviven y todos en armonía...sin que uno descalifique ni se beneficie del otro y por supuesto sin mirarte por encima del hombro desde la altivez que confiere una patilla triangula definida milimétricamente de oreja a nariz.

      Quieres chill out? hay, quieres tasquita pa unas olivitas? hay, quieres playa desierta? hay, quieres estar en bullas? hay. Quieres pueblo feo con un poligono mas feo de cojones? hay Quieres casco antiguo con murallita, pasillos encalados y zonas coquetas de ver y vivir? hay.

      Es un buen sitio.

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  3. Realmente, desde Conil hasta Tarifa, tenemos la suerte de tener el auténtico finis terrae al alcance de la mano. Recuerdo la primera vez que fui a Tarifa, como la primera que fui a El Palmar, a Caños, a Bolonia…todas como experiencias míticas.

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  4. Yo incluso lo subiría un pelín para incluir las calas de Roche y Chiclana... E incluso la venta de El Chato, aunque sea como monumento gastronómico... Cádiz es una maravilla de la naturaleza. Yo creo que es la provincia española más afortunada y agraciada por la mano de Dios.

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